El Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, quiere saber cuál es el grado potencial de satisfacción de un ocupado medio en cada una de las comunidades autónomas españolas. Para ello presenta el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo que, semestralmente desde hace nueve años, profundiza en dicho grado de satisfacción, así como en las oportunidades laborales del mercado laboral.
Para la realización del informe, se toman en consideración cinco áreas fundamentales en el entorno laboral de las personas como son la remuneración, la seguridad laboral, las oportunidades de empleo y desarrollo profesional, la conciliación entre la vida personal y la profesional y la conflictividad laboral.
En total, se analizan 16 subvariables diferentes[1]. En esta segunda entrega del Monitor nos centramos en el apartado de conciliación entre la vida personal y la profesional[2].
El teletrabajo se reduce un 30,8% en el último año en Castilla-La Mancha
En España, el número de teletrabajadores se ha estabilizado en los últimos cuatro trimestres en un rango de entre 2,8 y 3,2 millones de personas, aproximadamente. Sin embargo, cuando se compara el dato puntual del segundo trimestre de 2021 (2,9 millones de teletrabajadores) con el del mismo período del año pasado (trimestre atípico que incluye el confinamiento de la población, que marcó el máximo histórico de 3,55 millones de teletrabajadores), se encuentra una reducción de un 18,4%.
En Castilla-La Mancha, esta estabilización es más tentativa y se ha producido en un rango que podemos situar entre 80.000 y 90.000 teletrabajadores, aproximadamente. En el segundo trimestre han sido 81.100 las personas que trabajaban al menos ocasionalmente desde su hogar en la autonomía manchega, un 30,8% menos que un año antes (la sexta mayor reducción entre todas las comunidades autónomas).
Esto mismo (un número relativamente elevado de teletrabajadores cuando se analiza la serie histórica de datos, aunque con un descenso interanual debido que la comparación se realiza con el pico producido por el confinamiento domiciliario) ocurre, con algunos matices, en todas las autonomías, con excepción de Canarias. Esta autonomía es la única que presenta un incremento interanual en la cantidad de teletrabajadores: 3.800 más que hace un año (+3,9%).
El análisis de la variación interanual da pistas útiles acerca del mayor o menor grado de implantación del teletrabajo en las diferentes autonomías. En un extremo, la Comunidad de Madrid y Cataluña muestran los descensos más suaves, de un 8,9% y un 13,6%, respectivamente.
En cambio, seis autonomías exhiben retrocesos interanuales de al menos el 30%: Cantabria (-38,3%), el País Vasco (-34,9%), Extremadura (-32,6%), Aragón (-31,2%), la Comunidad Valenciana (-30,9%) y Castilla-La Mancha (-30,8%).
Estas variaciones permiten comprender por qué se ha reafirmado el predominio de la Comunidad de Madrid (774.000 teletrabajadores) y de Cataluña (591.700 teletrabajadores) en este campo, concentrando al 47,1% del total de teletrabajadores españoles, frente a un 43,2% hace un año.
Si añadimos Andalucía (378.700 teletrabajadores) y la Comunidad Valenciana (253.900 personas trabajando al menos ocasionalmente desde su hogar), tenemos que las cuatro autonomías con mayor cantidad de teletrabajadores cobijan al 68,9% de este colectivo.
En el caso concreto castellanomanchego, en el segundo trimestre estaba teletrabajando el 10,3% de sus ocupados, proporción que resulta siete décimas mayor que la de un año antes. En el total de España, dicha variable ha subido 3,9 puntos porcentuales, hasta el 15,1%.
El mayor incremento se ha registrado en la Comunidad de Madrid, donde la proporción de teletrabajadores ha dado un salto de 11,7 puntos porcentuales, para llegar al 25,6%. Es el mayor registro alcanzado por cualquier autonomía en los 15 años que cubren las estadísticas de esta variable y supone que en la autonomía madrileña 1 de cada 4 ocupados tiene la posibilidad de trabajar en remoto.
Cataluña ha pasado al segundo puesto, con un incremento interanual de 6,7 p.p. que eleva su proporción hasta el 18,8%. En tercer lugar, se sitúa ahora Asturias, con un 15,4% (+2,4 p.p.).
La transformación radical que se ha experimentado queda clara cuando se observan los datos de hace apenas dos años. En junio de 2019, el teletrabajo era liderado por Asturias y Galicia, en ambos casos con el 8,9% de sus ocupados trabajando al menos de modo ocasional desde su hogar. Ahora, la comunidad autónoma con menor proporción de teletrabajadores, que es Navarra, tiene una de un 9,4%.