La científica Juliana M. Rosa se ha incorporado a la Unidad de Investigación del Hospital Nacional de Parapléjicos, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), tras obtener un proyecto financiado por las acciones Marie-Sklowdoska Curie, como parte del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea para una investigación de excelencia que estudiará los efectos que produce una lesión medular a nivel de la corteza cerebral.
La duración del estudio será de dos años, con una financiación de 175.000 euros, lo que permite la incorporación de la investigadora Juliana M. Rosa a la Unidad de Investigación del Hospital Nacional de Parapléjicos.
Juliana M. Rosa es doctora por la Universidad Autónoma de Madrid y ha trabajado en universidades internacionales de alto prestigio como la Universidad de Cambridge (Reino Unido), donde obtuvo su primer contrato de excelencia en el programa Marie-Sklowdoska Curie, y la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.).
Su trabajo ha sido reconocido en prestigiosas publicaciones internacionales (Neuron, Current Biology, Journal of Neuroscience) y la han proyectado científicamente como especialista en el estudio de circuitos neuronales combinando técnicas de neurofisiología y técnicas de imagen neuronal in vivo.
La lesión medular afecta también a las estructuras cerebrales
Según ha indicado Juliana M. Rosa “la importancia de estudiar los efectos que una lesión medular produce a nivel de la corteza cerebral radica en que este tipo de lesión afecta directamente tanto a estructuras cerebrales encargadas del movimiento y que envían conexiones neuronales hacia la médula espinal, como estructuras que reciben la información sensorial, como el tacto, el dolor o la temperatura, que se originan en nuestro cuerpo”.
Los efectos de la lesión medular sobre el cerebro se manifiestan en patologías sensoriales crónicas, como el dolor neuropático y la sensación de miembro fantasma, que afectan a más de dos tercios de estos pacientes, reducen su calidad de vida y cuyos tratamientos actuales solo son paliativos, “de ahí la necesidad de investigar en su origen, para aumentar el pronóstico de recuperación de los pacientes, así como disminuir los gastos públicos asociados al tratamiento”, ha afirmado la investigadora.
Más en detalle, el proyecto pretende abordar de manera novedosa el fenómeno conocido como “reorganización cortical” que se produce después del daño medular. La base fisiológica de la reorganización cortical está en la capacidad que tienen las neuronas de adaptarse a nuevas condiciones, un proceso denominado “plasticidad neuronal” y que de forma natural se da durante el desarrollo y crecimiento del cerebro, asi como durante el aprendizaje y la memoria.
Además, la plasticidad neuronal se produce tras diferentes patologías como ictus, lesión medular, Alzheimer etc, y es el mecanismo por el cual ocurre la recuperación funcional del cerebro en los pacientes. La gran dificultad de estudiar este fenómeno está en que la corteza cerebral (que es la parte más superficial del cerebro) es una estructura que consta de diversas capas, cada una de las cuales tiene su propia composición celular que finalmente determina su función.
Por lo tanto, cada capa tiene una forma de plasticidad diferente que dependen de las células que la componen y las conexiones que hacen entre ellas. ”Si podemos desvelar los mecanismos que subyacen a la plasticidad en cada sub-estructura del cerebro, seremos capaces de en un futuro de inducir y/o modificar las redes neuronales óptimas para el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso asi como la recuperación funcional tras lesiones cerebrales”, ha resaltado la científica.
La investigación presenta como novedad el estudio simultáneo de las neuronas de toda la corteza cerebral. “La idea es determinar si hay capas más propensas a modificaciones fisiológicos que otras durante los cambios que se produzcan en el cerebro tras la lesión medular”, ha dicho.
También, y por primera vez, el proyecto propone estudiar en este ámbito el papel de los astrocitos, que son el tipo celular más abundante del cerebro con funciones conocidas de nutrición y soporte estructural de neuronas, descritas por primera vez por Ramón y Cajal. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que los astrocitos participan también en el proceso de transmisión de información entre neuronas y pueden modular la plasticidad neuronal, lo que les convierte en una diana de estudio que podría abrir nuevos horizontes terapéuticos.
El proyecto de investigación se desarrollará en colaboración con el Laboratorio de Neurofisiología Experimental, que dirige el científico Juan de los Reyes Aguilar, y se enmarca dentro de las líneas de investigación prioritarias del grupo, aportando nuevas hipótesis y técnicas de abordaje experimental.
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