El festival Segontia Folk ha regresado a Sigüenza después de un año suspensión, por la pandemia, y de un aplazamiento en el pasado San Vicente. Organizado por AES Sigüenza, con el patrocinio del Ayuntamiento de Sigüenza, y de diferentes empresas locales, Jesús Moreno, presidente de AES, presentaba el festival en El Pósito, y explicaba los motivos del traslado, dando las gracias al Ayuntamiento por su patrocinio. Raúl Sales, responsable de la programación, se encargaba de introducir al público, con unas pinceladas a los cuatro grupos participantes.
En la jornada del sábado, en el Paseo de La Alameda, los vallisoletanos Alicornio ofrecieron un concierto vermú. Formado por Águeda Sastre Zamora al violín y Carlos Martín Aires a la guitarra, el bouzouki y la voz, Alicornio ofreció al público seguntino un concierto vermú, con temas instrumentales inspirados en la música tradicional de la provincia de Valladolid y sus inmediaciones.
Por la tarde, en El Pósito, llegaba el turno de los vascos Korrontzi, un grupo joven y lleno de vida y de entusiasmo, que toma su nombre de un trikitixari, ya fallecido, que hizo del instrumento su forma de vivir. ”Se le podía ver por la comarca de Munguía. Nosotros reivindicamos lo que él defendía. Para vivir de la trikitixa, se iba a la puerta de la iglesia a tocar y a pedir, para intentar vivir de ello, una semana más, sin preocuparse del futuro”, decía ayer Agus Barandiarán, líder del grupo.
Korrontzi hace música tradicional vasca, pero con influencias de otras músicas y de otras culturas, “porque no estamos aislados”, y con un toque contemporáneo, influido por diferentes estilos, “por el jazz, y también por lo que aporta cada músico a la banda”
Barandiaran contaba anoche en Sigüenza que lleva toda la vida en esto. “Aprendí a tocar la trikitixa con trece años, en un bar, algo que ahora es impensable. Mi maestro me contagió sus ganas de tocar, y sobre todo la manera de vivir el instrumento, y su manera de defender la tradición de nuestra cultura. Somos diferentes, pero todas las culturas son importantes, y hay que mantenerlas y aprender del otro, tendiendo puentes”, contaba.
En Sigüenza hicieron, fundamentalmente su último disco, Koplariak, “viejas coplas, que hemos recuperado por medio de Xabier Amuriza, escritor e investigador, a las que nos les hemos puesto música”, seguía el músico.
Así, el décimo trabajo del grupo es fruto de la colaboración entre Korrontzi y Xabier Amuriza (bertsolari, escritor e investigador). Korrontzi, en sus diecisiete años de carrera, se ha convertido en el escaparate de toda una tradición a lo largo y ancho de todo el mundo, dando así a conocer el euskera, la danza y la música vasca en los festivales “World Music” más importantes del planeta. Con este trabajo vuelven a las raíces, otorgando el lugar que merece a la “koplagintza” dentro de la música tradicional. Korrontxi tocó este fin de semana por primera vez en la provincia de Guadalajara.
En la jornada del domingo, el virtuoso Abraham Cupeiro, uno de los maestros mundiales de la recuperación de instrumentos antiguos, sorprendió al público con su sabiduría, tanto como con su música, en su espectáculo “Resonando en el pasado”.
Constructor y multi-instrumentista, lo que caracteriza a Abraham Cupeiro es la recuperación de instrumentos perdidos en el tiempo, para utilizarlos para crear nuevas sonoridades e imbricarlos en músicas ajenas a ellos. Como instrumentista, destaca por ser una de las pocas personas que toca el Karnyx (trompeta celta de la Edad de Hierro). Recientemente fue invitado para probar el Karnyx de Tintignac, que es el único que apareció entero en el año 2004. Os Sons Esquecidos es un proyecto que fue grabado con la Filharmonía de Galicia bajo el sello Warner Classics. En 2018 estrena un nuevo proyecto: PANGEA, que fue grabado en noviembre de 2019 con la Royal Philharmonic de Londres en los estudios Abbey Road, y salió en septiembre de 2020 bajo el sello Warner Classics. Este año vuelve a repetir en el festival Inter céltico de Lorient (Francia). Ha sido, sin duda una oportunidad única de disfrutar de un músico de su categoría en Sigüenza.
“Segontia Folk” se ha despedido este año con el espectáculo “Tierra Mestiza” de la compañía Yorukalia, formación compuesta por dos bailarinas, una de Danza Española y otra de arte flamenco, y dos músicos de jazz con una interesante propuesta se basa en la fusión de la danza española y la música iberoamericana.
José Antonio Arranz, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Sigüenza, se congratulaba de la vuelta de la música de raíz en verano, que tanto tiene que ver con la dulzaina y el tamboril que llena de magia la ciudad en los más especiales momentos del año.