Si levantaran la cabeza D. Pedro Marlasca Riaza, D. Jesús Cabezudo Barragán e, incluso José L. Conde Rojo la volverían a esconder y escuchar a estos chavales.
Nuestra Banda de Música, también llamada Filarmónica Briocense ha sufrido grandes altibajos siempre por causas económicas y políticas, (según nos relata Laura Sánchez Domenech en su libro “Crónica de una Banda. Historia de la Banda de Música de Brihuega” pareciese al rio Guadiana, según el alcalde de turno, me viene a la memoria aquel programa de actos religiosos en Honor a la Virgen de la Peña de 1904, año en el que fueron presentados los Gigantes y Cabezudos (personajes legendarios de Brihuega) que asistió al acto la Banda del Hospicio de Madrid y a la Procesión de la Recogida de la Cera, por la Cofradía de la Virgen.
Desde 1868 que parece ser fue su fundación, numerosos actos y acontecimientos son lo que ha asistido nuestra Banda, y cuando no ha podido ser por este o aquel motivo el Ilustre Ayuntamiento la ha sustituido por alguna otra Banda militar o con aquella Banda del Hospicio de Madrid.
Hace unos días celebramos el ya tradicional festival de fin de curso de la Escuela de Música de la Banda de Música de Brihuega, dirigido por Raquel Sánchez-Pardo y Ramiro, directora a su vez de la Banda.
Siempre es motivo de alegría llegar a este momento, en el que, además un grupo de alumnos culmina su aprendizaje y se integra en nuestra banda. Pero tras un año como este, en el que hemos tenido que afrontar situaciones en ocasiones muy complicadas y difíciles sabe mucho mejor.
Muchas gracias a todos nuestros alumnos y a sus familias, a nuestro claustro de profesores y al Ayuntamiento de Brihuega: sin ellos este bonito proyecto no sería posible. Y ante todo, gracias a la Música, nuestro motor y razón de ser. ¡Viva la Música! ¡Viva la Banda de Brihuega!
Por Abelardo Mazo Arteaga