Javier Sanz, doctor y escritor seguntino, y académico de número de la Real Academia Nacional de la Medicina que ocupa precisamente el sillón de la Historia de la Medicina, ha presentado este fin de semana, en la Ermita de San Roque, su libro ‘V Siglos de Toros en Sigüenza’. Lo ha hecho “en un acto cultural, como son los toros, y como no puede ser de otra manera”, señaló el propio autor.
La obra, editada por la Diputación Provincial de Guadalajara, recoge “todo un pasado glorioso, a veces modesto, pero que nunca deja de ser glorioso, por el marco maravilloso que lo acogió, en la Plaza Mayor de Sigüenza y en otros emplazamientos más románticos, otras plazas que fueron costumbristas”, explicó el Sanz después de la presentación. La edición, de 500 ejemplares, especialmente cuidada, es “un documento gráfico e histórico sobresaliente”, según lo calificó Teresa Franco, concejala del Ayuntamiento de Sigüenza, y diputada delegada de Cultura en la institución provincial, que acompañó a doctor en la presentación junto a la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, y a la también concejala, Ana Blasco.
Sanz fue introducido por la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino. “Javier nos recuerda que somos de tradición taurina. El libro es una maravilla para cualquier biblioteca, y un regalo para los seguntinos, que formará parte de nuestro archivo municipal, y consecuentemente, de nuestra historia taurina”, señaló“Cinco siglos de toros en Sigüenza, quinientos años, uno detrás de otro caen como el agua fina en el calendario, casi nada, de Toros con mayúscula, como es la Fiesta que llamaron nacional, la que cantaron y pintaron de Goya a Barceló, pasando por Zuloaga y Picasso, y Fermín Santos, y Galiano también y aquí, la de Galdós y Lorca, y Alberti y Jorge Guillén, y Bergamín y Sabina si quieren, también Corsín y Baltés y pónganlos en fila, que llegan hasta la plaza y vuelta al ruedo en la que llueven gallos con cintas de oro que atan sus patas a lazo”, señaló Sanz, en un discurso tan elegante como la prosa de la que hace gala en las páginas del libro, elevando a la ciudad, y a sus pintores y escritores, al cielo mismo de la Tauromaquia.
Dio pistas el autor en la presentación de los datos rigurosos que recoge en su libro, acompañados de testimonios gráficos a su altura. “Han venido capeos a Sigüenza, en legión de anónimos y a ninguno, lagarto, lagarto, lo devolvieron con los pies por delante. Fueron los más antiguos con nombre Francisco Blanco y Juan Cedazo, nada menos que en 1677, y después, con traje alquilado o heredado de un pariente que se rajó, los que ustedes quieran, incluso hasta poniendo, y casi siempre por los gastos. Pero Sigüenza, en la Plaza Mayor, de piedra y luz de melocotón, en las de madera, en las portátiles, en la nueva de Las Cruces, en el coso que se comentaba en invierno, tiempo de capotes plegados: A ver si nos sale una en Sigüenza este verano…”, comentó Sanz, resumiendo en unas frases la historia, por dentro y por fuera, de los toros en Sigüenza.
Recordó además el doctor el talante democrático de la fiesta y lo mucho que de amor al arte tiene el oficio: “El que quiso, vino a esta fiesta democrática, pues no es obligado, pagó entrada y esperó a que abrieran el toril seis veces, en tiempo de crisis cuatro; que bufara la bestia y al novillero las tripas se le hicieran un zarajo hasta que la sometiera y ahí, ahondando, torear ya de cortijo, despacito, muy despacio, bailando entre dos puñales niquelados y cuadrar después al toro ‘pa sacudirle un guantazo’, o bien oler el formol, y en la vuelta coger un ramo para llevárselo a su madre que se ha quedado rezando en los bancos de la Virgen de la iglesia de un lejano. Mire usted que es que no hay otra, y que de mil, hemos visto a cuatro pagar chófer de por vida y cazar con doce galgos”.
La presentación del libro se acompañó de una exposición artística con un cartel de lujo. La muestra recoge obra de los artistas seguntinos Emilio Fernández-Galiano, Fermín Santos, Raúl Santos Viana, e incluso el cincelador Mariano Canfranc. Este último, amigo personal de Sanz, como también lo es Galiano, se mostró “encantado de colaborar por el libro, por su autor, y por Sigüenza”, con una de sus obras que representa “un imposible, los toros corriendo por la calle Rompeculos”. Por su parte, Fernández-Galiano, además de responsable del cartel, muestra en la exposición algunos cuadros inéditos, como un magnífico retrato de Morante de la Puebla. “El mundo de los toros es arte, y nos tenemos que envolver de ello y por ello. Y Javier certifica con documentos los cinco siglos de toros en Sigüenza, así que, ¿por qué no conmemorarlo y celebrarlo?”. La muestra se puede ver en estos días en la Ermita de San Roque.
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