La Escuela Oficial de Idiomas de Guadalajara ha completado recientemente su conexión a la Red de Calor, una infraestructura gestionada por Rebi y basada en el uso de biomasa forestal como fuente de energía renovable. Esta incorporación supone el abandono definitivo del gasóleo como combustible para la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS), lo que se traduce en una mejora inmediata del confort térmico del edificio, una mayor eficiencia energética y una importante reducción de emisiones contaminantes.
La Escuela Oficial de Idiomas, ubicada en la céntrica calle Zaragoza, ocupa un edificio de gran valor para la vida académica y cultural de Guadalajara. Desde su apertura en 1986, ha formado a miles de alumnos en lenguas extranjeras, y es uno de los centros educativos con mayor proyección internacional de la ciudad. Su incorporación a la Red de Calor refuerza el compromiso de las administraciones públicas con la sostenibilidad y el bienestar de los usuarios, en un momento clave para la transición energética en España.
Esta decisión contribuye a la mejora de la calidad del aire en la ciudad y al cumplimiento de los objetivos climáticos locales. “El paso es fundamental desde el punto de vista medioambiental, pero también pedagógico. Estamos ofreciendo a nuestros alumnos una experiencia educativa coherente con los valores de respeto al entorno, ahorro energético y lucha contra el cambio climático”, señala David Gómez, responsable comercial de la Red de Calor de Guadalajara.
Los usuarios del centro —alumnos, docentes y personal administrativo— ya perciben los beneficios de un sistema de calefacción más eficiente, silencioso y estable. A diferencia del gasóleo, cuyo suministro y precio están sujetos a variaciones del mercado, la Red de Calor proporciona energía térmica con precios estables a largo plazo, lo que facilita la planificación presupuestaria del centro y garantiza la continuidad del servicio incluso en los meses de mayor demanda.
La conexión de la Escuela Oficial de Idiomas se enmarca en una estrategia más amplia de las administraciones públicas para descarbonizar sus edificios. En la actualidad, la Red de Calor de Guadalajara abastece ya a más de 3.600 viviendas y a numerosos equipamientos públicos como institutos, colegios, centros deportivos, residencias, bibliotecas y oficinas administrativas. Esta red, cuyo corazón se encuentra en el polígono de El Balconcillo, transforma biomasa forestal local en energía limpia, impulsando al mismo tiempo el desarrollo del sector forestal, el empleo verde y la economía circular en la provincia.
“La colaboración con las instituciones públicas está siendo ejemplar. Cada vez más centros educativos y administrativos se interesan por esta solución por sus beneficios medioambientales, y por el ahorro económico y la estabilidad que ofrece frente a los combustibles fósiles”, añade Gómez.
La central de biomasa ha ampliado recientemente su capacidad de producción con la incorporación de una caldera de 14 MW de última generación, lo que eleva la potencia instalada total a 28 MW. Esta infraestructura permite garantizar el suministro actual y seguir ampliando el número de usuarios sin comprometer la eficiencia del servicio.
El caso de la Escuela Oficial de Idiomas es un ejemplo del papel que pueden desempeñar los centros educativos en la transición energética. Al incorporar soluciones sostenibles, mejoran sus instalaciones y de forma paralela se convierten agentes activos del cambio hacia una ciudad más limpia, eficiente y resiliente.