La Real Federación Española de Caza (RFEC) se ha reunido con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) para presentar una modificación del Plan Nacional de Contingencia frente a la triquina. Al encuentro han asistido Ignacio Valle, presidente de la RFEC; Nicolás Urbani, asesor veterinario de la RFEC; Juan Herrera, técnico de la Federación Española; Victorio Teruel, subdirector general de Promoción de Seguridad Alimentaria de AECOSAN; e Inés Blanco, jefa de Área de Gestión de Riesgos Biológicos de la Subdirección General de Promoción de Seguridad Alimentaria de AECOSAN.
En esta primera toma de contacto, en el que la RFEC se ha presentado como institución frente a este organismo autónomo –adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a través de la Secretaría General de Sanidad y Consumo, siendo el resultado de la fusión entre el Instituto Nacional del Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición–, se ha expuesto un informe realizado desde la Federación como propuesta de la modificación del Plan Nacional de Contingencia frente a la Triquina.
Dentro de este plan se incluye la adopción de medidas en terrenos cinegéticos ante la aparición de animales de caza silvestre con triquina (Trichinella) hasta que no se determine la especie concreta de este parásito, como, por ejemplo:
1.- La consideración de todos los subproductos animales que se generaran en todas las actividades de caza mayor, dentro de ese terreno, como no destinados al consumo humano (SANDACH) al menos el resto de la temporada de caza tras la detección de animales infestados. Además, se mantendría en la temporada siguiente si en la primera actividad cinegética se siguen detectando animales con triquina.
2- Si no se determinara la especie de triquina implicada, o si se determina que es Trichinella pseudospiralis, todos los SANDACH que se generen por actividades de caza mayor en ese terreno cinegético, durante al menos una temporada de caza, se tratarán como categoría I (máximo riesgo biológico) y no podrán destinarse a la alimentación de aves necrófagas.
Por ello, desde la RFEC y en consonancia a requerimientos de las propias administraciones autonómicas, se ha solicitado formalmente que la gestión de subproductos de origen animal sólo sea de aplicación en las modalidades de caza donde se abatan jabalíes, como especie sensible a la triquina, pero no al resto de especies cinegéticas de caza mayor que no son reservorios de este parásito, por las gravísimas repercusiones económicas que acarrearía la implementación de estas medidas en la gestión cinegética de las sociedades de cazadores, gestores de cotos, organizaciones de cacerías y cazadores de a pie, etc., que pudieran ser afectadas en todo el territorio nacional.
Además, se ha llegado a un acuerdo de colaboración para fomentar la sensibilización del colectivo cinegético nacional sobre el riesgo que supone para la salud pública el consumo de carne de jabalí sin realizar la analítica reglamentaria pertinente. La RFEC lanzará, junto a AECOSAN, una campaña de sensibilización sobre los peligros que supone la ingestión de carne de jabalí que no haya pasado los correspondientes análisis veterinarios.
Ignacio Valle, presidente de la RFEC, ha pedido a todos gestores de cotos, orgánicas y cazadores que “recuerden la importancia de realizar el obligado análisis veterinario para detectar la presencia de triquina en la carne de los jabalíes abatidos”, porque no es una enfermedad que afecte sólo a los jabalíes, “sino que está en riesgo la salud humana”.
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