La Rondalla de Almonacid emociona con su concierto de fin de curso
El Espacio Cultural El Molino volvió a llenarse de música, emoción y tradición con el ya tradicional concierto de fin de curso de la Rondalla de Almonacid, que dirige desde hace una década el músico albalateño Manuel Fuentes. Como cada año, el grupo ofreció un repertorio variado y sentido, preparado con cariño durante meses, que fue acogido con entusiasmo por un público entregado.
La Rondalla volvió a demostrar por qué es una de las grandes señas de identidad cultural de Almonacid de Zorita. Con una trayectoria de más de cuarenta y cinco años, sus raíces se hunden en la historia del pueblo, cuando a finales de los setenta renacía bajo el nombre de Juventud 82, retomando la herencia musical de la antigua Ronda del Tío Gazapera. Desde entonces, ha mantenido viva la música popular local, e incluso ha dejado huella discográfica con su álbum Tradiciones.
“Es un concierto que llevamos preparando desde hace meses. Siempre intentamos innovar. Buscamos temas conocidos, y de alguna forma metemos al público dentro del concierto”, explicaba Manuel Fuentes, subrayando la evolución del repertorio. “Hemos pasado de los años 50 hasta los 90, incluyendo también canciones actuales. Temas icónicos que han marcado una época”, añadía, en alusión a la variedad del repertorio interpretado. El director también quiso poner en valor el compromiso de sus integrantes. “La Rondalla se mantiene gracias al esfuerzo de todos. Cada uno tiene sus obligaciones, pero aquí estamos. Y lo conseguimos también gracias al apoyo del Ayuntamiento de Almonacid de Zorita”, terminaba.
Entre los músicos y voces, conviven generaciones. Este año se incorporaron nuevas caras como Sheila del Pino, que con apenas dos meses en la formación ya se atrevió a interpretar uno de los temas más coreados de la noche, A quién le importa. “Me encanta la música desde pequeña. La canción que más me gusta es Resistiré, pero también disfruté mucho cantando la mía. El año que viene quiero seguir”, contaba. Otro de los jóvenes, Andrés Nicolás, confesaba que le atraen especialmente los temas con aires flamencos. “La música se siente, y con la rondalla lo pasamos muy bien. Cuando nosotros lo disfrutamos, la gente también lo nota”, afirmaba, en alusión al entusiasmo del público que se acercó a felicitarlos al final del concierto.
Las grandes voces de la noche volvieron a ser las de Manuel Toledano y Eva de la Parra, que emocionaron al público, por ejemplo, con A mi manera, en la voz de Eva o en Canto a mi tierra, en la de ‘Tole’. “A veces cuesta dar el tono justo, pero donde no llega la voz, llega el corazón. El aplauso de la gente me anima a seguir”, afirmaba el cantante con humildad. Eva, por su parte, aseguraba que lo suyo es pura pasión. “Yo lo vivo. Hago lo que puedo, y aunque a veces me cuesta, intento que salga bien”, explicaba. Fue de lo más aplaudido de la noche.
Uno de los momentos más esperados llegó con la interpretación de Los sitios de Almonacid, el tema compuesto en 1985 por Paco Fuentes, el miembro más veteranos del grupo. “Lo escribí cuando era carnicero, en mis ratos libres”, recuerda con una sonrisa. La canción, un repaso musical por lo mejor de la villa, sirvió como emotivo cierre del concierto.
El acto contó con la presencia del alcalde de Almonacid, José Miguel López, y de la concejala María Caruana, en representación del Ayuntamiento. Al término del evento, el alcalde expresó su agradecimiento públicamente. “La Rondalla es un orgullo para nuestro pueblo. No solo por su calidad musical, que es indudable, sino por el esfuerzo desinteresado de todas las personas que la forman. Son guardianes de nuestra tradición, y también motor cultural de Almonacid”, afirmó López. Además, añadió que “es emocionante ver cómo conviven generaciones, cómo se integran jóvenes junto a quienes llevan décadas tocando. Eso demuestra que la música popular sigue viva, y que la Rondalla tiene mucho futuro”.
Con este concierto, Almonacid de Zorita volvió a vibrar con la música de su gente, demostrando que las tradiciones no solo se conservan, sino que se renuevan con fuerza y emoción, año tras año.