El presidente de la Mancomunidad de Municipios Alto Henares-Badiel, Carlos Piña Barbero, quiere expresar el malestar de la Mancomunidad con la situación que viven los municipios integrantes (26 municipios y más de 4.000 usuarios del mundo rural) en relación al reciclaje y a los costes que esto supone para dicha mancomunidad y todos sus municipios integrantes.
En primer lugar la situación que ha sufrido y que está sufriendo con la recogida del vidrio por la empresa Ecovidrio, responsable de ese servicio en la provincia de Guadalajara. Este servicio está muy deteriorado durante el verano, en casi todos los municipios hemos tenido los contenedores llenos durante semanas aun siendo avisados de su estado mediante escritos o llamadas telefónicas, lo que ha provocado que la gente lo dejase en los alrededores de los contenedores o lo tiren al contenedor verde. El depositar el vidrio en los contenedores verdes ha supuesto, según nuestras estimaciones, que el mes de agosto la Mancomunidad haya incrementado en 50 toneladas más de basura orgánica de lo habitual en ese mes con el consiguiente coste a la mancomunidad y a sus usuarios.
En segundo lugar La mancomunidad lleva más de un año sin poder facturar los envases (contenedor amarillo), de la que en este caso es responsable la empresa Ecoembes, por las dificultades que tiene la plataforma de facturación y porque nadie se pone en contacto para ayudarnos a facturar. Después de numerosas llamadas solo conseguimos que nos manden unas instrucciones para facturar que lo único que nos hacen es bloquearnos la plataforma y no generar las factura con el consiguiente impago de las mismas durante todo ese periodo, calculamos entre 20.000 y 30.000 euros la deuda.
«Somos una mancomunidad con 3 vehículos pesados y 5 empleados con los gastos que todo esto tiene para mantenerlo y los gastos extras que ha provocado la situación del vidrio y las deudas que tiene la empresa Ecoembes con la mancomunidad estamos empezando a plantearnos dejar de reciclar, hasta que la situación vuelva a la normalidad ya que nos está suponiendo unos costes que repercuten en detrimento de otros servicios», señala.
«Espero que las instituciones responsables de estos contratos tomen nota con las empresas y también con el mundo rural , al cual le ponemos los mismos requisitos de reciclaje que a las grandes ciudades que nos supone unos gastos mucho mayores y para que luego las empresas adjudicatarias nos tengan a la cola de la realización de los servicios y el pago de los mismos», finaliza.