Multitudinaria Procesión de los Faroles en honor a la Virgen de la Mayor de Sigüenza
Sigüenza celebra al domingo siguiente a la Asunción, y a la fiesta de San Roque, la festividad de su patrona, la Virgen de la Mayor, fiesta que se celebra desde finales del siglo XV con grandes momentos: el tradicional Rosario de la Aurora que recorría las travesañas y las murallas de la ciudad, la misa central y principal de la jornada, el rezo del rosario ante el altar de la Virgen de la Mayor y la procesión de los Faroles, fiesta de interés turístico regional, coincidiendo con el IX Centenario de la Reconquista de Sigüenza.
La imagen de San Vicente se había bajado previamente en procesión, de manera que procesionar juntos ha sido un hecho histórico que no se repetía desde el VIII Centenario y que forma parte de los actos del IX Centenario.
El tañido de las campanas catedralicias, el desgranar del Santo Rosario y los sones de la banda de música aportaban el sonido inconfundible de una de las más bellas noches seguntinas, iluminada por los cirios de los faroles procesionales y las luces artísticas y monumentales de la ciudad, mientras que los nardos, los gladiolos y las rosas en honor de la Virgen de la Mayor esparcían sus mejores olores y fragancias.
Insignias y estandarte, precedían al espectacular rosario de faroles y a la Banda de Música. Detrás, la bellísima imagen de la Virgen de la Mayor, seguida de los fieles. Los dos patronos de Sigüenza, componían bellísimas imágenes a su paso por las calles de Sigüenza, en una procesión que ha durado más de dos horas.
Acompañando la procesión ha estado hoy la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, al frente de la corporación municipal. Ha asistido, además, el diputado nacional Alberto Rojo, entre otras autoridades locales, provinciales, regionales y nacionales.
El origen documentado de la procesión data del año 1928. Consta al efecto que fue en la fiesta de la Virgen de la Mayor. Fue el domingo 19 de agosto de 1928, Las gestiones para dotar a esta procesión de un rosario de faroles se habían iniciado en 1926.
El Rosario consta de cinco grandes faroles que representan los Misterios Gloriosos, llevados en andas; y del resto faroles de mano representando los cinco Padrenuestros, las cincuenta Avemarías, los cinco Glorias y sesenta y tres invocaciones de la Letanía Lauretana. Acompañan al Rosario la Gran Cruz y el farol de la Salve Regina Mater.
Todos los faroles, portados por miembros de las Peñas seguntinas, con sus típicas camisolas, por hermanos y hermanas de la Cofradía de la Virgen de la Mayor, y en general por ciudadanos de Sigüenza, están iluminados en su interior y en su conjunto formaron anoche una hermosa sinfonía de arte, luz y color, que sobrecogió a todos los que participaron en la Procesión con sus cánticos y rezos. La Cofradía de San Vicente también iluminó al otro patrón de Sigüenza que, igualmente destacaba en la noche seguntina durante el recorrido.
Salía de la catedral, y recorría la calle de Medina, el barrio de San Roque hasta la iglesia de San Francisco (Ursulinas) y el Paseo de la Alameda.
Desde allí por las calles del Humilladero y de Guadalajara regresaba a la catedral, donde la Virgen volvía a presidir su magnífico altar barroco. También procesionaron representantes de todas las cofradías y hermandades de Sigüenza, portando sus insignias y estandartes. La procesión la engalanó musicalmente la Banda de Música de Sigüenza, ataviada con traje con chaqueta y zapatos, corbata roja y camisa blanca, que interpretó su mejor selección de marchas procesionales, como Hermanos Costaleros, Fervor, Triunfal o Santos Lugares.
Poco antes de entrar de vuelta, el obispo de la Diócesis, Julián Ruiz Martorell, que también había presidido la misa matutina, dedicaba unas palabras a los fieles seguntinos, agradeciendo su implicación y trabajo a la sociedad local.