Seguimos con festividades y nos vamos a San Juan. Recordemos que en Brihuega, además de la Parroquia de Santa María de la Peña, tenía las de San Felipe y la de San Miguel, la de San Pedro, bajo el Castillo, además de los conventos de Las Monjas del Cister, (bernardas) y la de las Jerónimas y el masculino de San Pedro de Alcántara, y la que fuera Sinagoga o Mezquita, todas ellas resultaron muy dañadas en la pasada contienda, años después restauradas algunas de ellas. Existe una capilla en lo que fueron caballerizas del Castillo conocida hoy día con el nombre de la Vera Cruz.
También teníamos la Iglesia de San Juan, dañada tras la contienda de 1936, aunque ella no le llego el dinero para su restauración y en 1965 cayó la torre sobre la iglesia y con ello se la llevo por delante y la vida de una señora. Pero el barrio de San Juan, Barrionuevo Alto y Bajo junto a los Portales de Chapero y Brihuega no dejaron de celebrar la festividad de San Juan. Desde Santa María de la Peña, San Juan subía a su barrio en procesión. Pasaron los años y el solar fue adquirido por el Ayuntamiento, limpió el terreno y ahora los restos son un lugar digno y tranquilo.
Ahí todos los años se celebran los actos religiosos en honor al Santo, la Santa Misa y la procesión por las calles del Barrionuevo Alto y Bajo, como la Calle Cozagón, la Estrella, hasta la Parroquia, siempre el Santo titular del barrio es acompañado por el pueblo y la Banda de Música, tanto la Municipal como la Filarmónica. Como estaba anunciado en los restos de la Iglesia se entronizo al Santo y a una imagen de la Virgen de la Peña y D. José Félix, procedió a la celebración de la Eucaristía con una sencilla plática dándonos a conocer quien fue el predecesor de Cristo. La pandemia nos han roto las costumbres.
Finalmente cabe citar, aunque sea solo por curiosidad y para el recuerdo de la quinta iglesia de Brihuega, la de San Juan Bautista, fundada en el siglo XII por el arzobispo toledano don Juan y construida en la misma centuria con una estructura románica de una sola nave, con bóveda de cañón y sustentada por dos arcos fajones, con un ábside semicircular y de muy pequeñas dimensiones. El Cardenal Tavera la amplio y mejoro en el siglo XVI, construyéndole una aneja sacristía y la capilla de la Virgen de la Zarza, (una imagen muy querida en Brihuega) desaparecida, así como la Virgen de las Nieves. También construyo cuatro contrafuertes en el muro del mediodía, escoltando a la portada, siendo adornada con columnas y molduras de la época. Juan de Villa como escultor y Felipe Sánchez como pintor, ambo toledanos, le construyeron el retablo en 1621. La familia Durón, Sebastián, Diego y Sebastián tuvo mucho que ver en el sostenimiento de esta Iglesia
Su progresivo deterioro hizo que dejara de ser parroquia en 1900 y, tras el expolio sufrido en 1936 quedo la torre y poco más, con el paso del tiempo, las lluvias, las nieves y los hielos dañaron a un mas el edificio, cayo la torre sobre los resto de la iglesia siendo todo reducido a escombros hasta que el Ayuntamiento se hizo dueño del solar y lo adecento.
Por Abelardo Mazo Arteaga