Ven a disfrutar de Candelas y Botargas por Guadalajara. También de la fiesta de las mujeres en Espinosa de Henares
El Ciclo festivo de invierno
El comienzo del año y, por tanto, del ciclo invernal, comienza con el nacimiento de Cristo el día 25 de diciembre que conlleva costumbres tan conocidas –alguna de ellas con tendencia a desaparecer-, como las cuadrillas, los aguinaldos, los villancicos, las representaciones y autos de navidad, las pastorelas y, curiosamente, la aparición de las hermandades de ánimas con sus peticiones callejeras (Kalendas) e, incluso, con los bailes de ánimas.
A media que avanza el mes de enero dejando atrás festividades de San Antón, San Sebastián, San Ildefonso, la Virgen de la Paz, en Mazuecos o San Pablo, con la Purificación de la Virgen -la Candelaria-, va apareciendo la figura del botarga que viste atuendos estrafalarios, llamativos y grotescos, que cubre su rostro con una careta que, de alguna forma, va a armado de una cachiporra, porra de madera o una enorme castañuela y que, para hacerse oír, lleva cascabeles o cencerros que hace sonar con el movimiento de su cuerpo.
¿El origen de todo esto? Quizás sea la idea monoteísta de un dios (táurico) identificado con las lluvias y con el sol aunque los pueblos agricultores creerán en una deidad femenina, que se identificará con la tierra y la fecundidad hasta la llegada de Roma que seguirá, más o menos, las mismas lindes.
Pero, qué son las mascaradas de invierno?, ¿Son lo mismo las mascaradas de invierno que el Carnaval?
A esta pregunta responde, quizás, Caro Baroja, en su “El Carnaval” puesto que en él incluye todo tipo de fiestas: las que llevan máscaras, las que no las llevan…, y mientras la primera parte de su obra la dedica al Carnaval propiamente dicho, como tiempo festivo que precede a la Cuaresma, las otras dos partes tratan aquellos modelos de fiesta, que, cuando menos, tienen origen romano, distinguiendo en estos modelos las mascaradas invernales de otras que no lo son, como las derivadas de las Matronalia, caso de las Águedas.
La fiesta de la Purificación de la Virgen, más conocida por las Candelas, se celebró primeramente el 14 de febrero coincidiendo con las fiestas de las Lupercales y será el Papa Gelasio quien sustituya esta fiesta por la de la Purificación de la Virgen en el año 496. Las Lupercales, el precedente de las Botargas, Perlés o Diablos…, cuando salen golpeando cencerros, la castañuela o la cachiporra o, como en el caso de Atienza, se sabe que durante la procesión de los Lupercos había flagelantes que se azotaban con las tiras de cuero del animal sacrificado para fecundar la tierra con su propia sangre y que los Lupercos se sentían “poseídos por el espíritu del lobo”.
Julio Caro Baroja defiende “que del siglo III al VI o VII se ha llevado a cabo un proceso de ajuste de las fiestas, válido para toda o casi toda la cristiandad, y que este proceso de ajuste implica una adaptación o acomodo general, de acuerdo con unos principios de sincretismo, más o menos populares, más o menos organizados o vigilados por la Iglesia misma” y arguye como prueba que, condenados en principio como restos paganos, se vinculan luego al Carnaval porque, como sabemos, buena parte de la vestimenta e instrumentos que usan los enmascarados están ligados al mundo ganadero: cencerros, pieles de animales y cueros, tenazas que terminan en cuernos de cabra, vacas y toros como máscaras. Y si a esto unimos la labor del boca a boca, llevada a cabo por los pastores trashumantes por las cañadas, veredas y cordeles de toda la geografía española, no hay que descartar que, ellos, sean los que las hayan extendido explicándose, así, las continuas semejanzas que se producen en lugares alejados entre sí.
El influjo cristiano fue determinante en muchas de las mascaradas, tanto en sus rituales como en sus cambios de fecha de celebración resultando que, algunas de ellas, ante la persecución de la Iglesia, para no desaparecer, buscaron refugio en otras fechas, especialmente en el Carnaval, tiempo en el que todo está permitido, por lo que también asumieron muchos caracteres de esta festividad medieval.
Las Candelas
El Casar
Se encuentra a 28 kilómetros de Guadalajara. Una vez allí, a disfrutar de paisajes desde la ermita del Calvario sobre el valle del río Jarama y el macizo montañoso del Sistema Central sin olvidar que, en El Casar, tienes la Iglesia Parroquial de la Asunción, del siglo XVI, en la que destaca el pórtico, de capiteles alcarreños platerescos, y el retablo mayor.
La fiesta
Antiguamente, en El Casar, la fiesta de las Candelas se celebraba tradicionalmente los días 1, 2 y 3 de febrero sin importar el día de la semana en el que cayeran. Sin embargo, esta costumbre comenzó a cambiar cuando, el sábado 9 de febrero, de 1991, durante la firma del documento que comprometía a los organizadores de la fiesta de Nuestra Señora de las Candelas de 1992, se acordó que la celebración de ese año se adaptaría al fin de semana, llevándose a cabo del 31 de enero al 2 de febrero. Precisamente ese año, 1992, el Capitán de la fiesta fue José Manuel Guerrero Marcos y el Teniente Abanderado Félix Ayjón Pereda.
Los refrescos, tal y como se conocen ahora, iguales en todas las casas y sin distinción, tienen su origen en una decisión tomada por la peña El Charro en 2002. En ese año, ante la falta de postulantes para ocupar el puesto de capitán de las fiestas de Candelas de 2003, la peña decidió dar un paso al frente y asumir la organización de las celebraciones acudiendo al Ayuntamiento para recoger la bandera, y planteando una condición que marcó un cambio significativo: que en todas las casas se pusiera lo mismo. Esta decisión buscaba garantizar que las fiestas fueran igualitarias y accesibles para todos los vecinos, independientemente de sus recursos.
Finalmente, Alfonso Ayjón Pereda asumió el cargo de capitán de las fiestas de Candelas de 2003, acompañado por Mario Cuadrado Abajo como teniente abanderado. Además, ese año destacó por ser uno de los primeros en el que se tiene constancia de la participación de 8 picas.
A día de hoy, atención al programa de fiestas porque, el viernes, hay pasacalles a partir de las diez de la mañana dejando, para la tarde, la tradicional recogida de la vela que será entregada, alrededor de las cinco y media de la tarde, a la Virgen de las Candelas.
La jornada se cerrará con el baile que enlazará, casi, casi con el sábado 1 de febrero en el que, el pasacalles, dará comienzo a las ocho y media de la mañana y ya, bien despiertos, acudir a la procesión con la V. de las Candelas y a la función religiosa de las doce.
Atentos a la tradicional carrera que está programada para las cinco menos cuarto. Atentos a ella y a los animales porque, los esquiladores –que ya no quedan-, dibujan con sus tijeras en los lomos de las mulas, auténticas obras de arte. Y a las cinco, más o menos, llegará la lectura de la carta a las Candelas a cargo de Vicente Marcos.
Para que se hagan una idea, la carta a las Candelas es una composición poética en la que se suele poner en solfa a todo el participante de la fiesta.
Queda el domingo, el día 2, con diana y pasacalles, la misa a las once, el refresco de la una y el revoloteo de la bandera a partir de las cinco y media de la tarde.
Vídeo. Autor: Diego Cuadrado
Beleña de Sorbe
A Beleña de Sorbe la encontramos a orillas del río Sorbe, bajo el embalse de Beleña. De origen árabe y estilo típicamente medieval, conserva algunos restos de su castillo. No te irás sin visitar su iglesia románica, el puente andalusí y las fuentes y, para que sepas algo más, te contamos que el pueblo fue construido sobre las peñas que miran al río Sorbe, su desnivel le otorga una situación estratégica apropiada para la defensa del paso de la Sierra de Ayllón a la Campiña de Guadalajara y se tiene constancia documental de Beleña desde el siglo XII, en una bula del papa Honorio II de 1127 al arzobispo de Toledo. En el siglo XII el rey Alfonso VIII crea el Señorío de Beleña que lo otorga a Martín González. El marqués de Santillana la conquista y pasa a la familia Mendoza a quien pertenece hasta el siglo XIX.
El Botarga
La fiesta arranca este viernes con la hoguera de la Candelaria, sobre las ocho de la tarde y, a continuación, con la cena antes de la cencerrada por las calles. Cencerrada que comenzará a las once de la noche.
El sábado, día 1, a las diez de la mañana saldrá el botarga con el mayordomo hasta las doce, hora en la que comenzará la santa misa seguida de procesión y la subasta. El reparto de caridad será a partir de la una de la tarde y, la comida, la machorra, será el típico cocido beleñero.
Luego habrá un concierto de rock, el reparto de premios, la rifa y chocolatada.
La fiesta
El día de la víspera, los Mayordomos reúnen a las gentes del pueblo y les entregan la Caridad consistente en pan de anís, tostones y vino. Por la noche, se enciende una hoguera y los mozos dan la Cencerrada impidiendo dormir a la vecindad con el sonar de unos cencerros enormes que llevaban atados a la cintura.
La ronda recorre las calles esperando a que haga su aparición el Botarga. El traje del Botarga, conservado y custodiado por los Mayordomos, se entrega en secreto al elegido con objeto de que nadie sepa la identidad del botarga. Esto es fundamental para la fiesta. Con motivo de la festividad de La Candelaria, también llamada Virgen de Las Candelas, sale el botarga por la mañana a recorrer las calles del pueblo.
Dando saltos para propiciar buenas cosechas, provoca a la chiquillería con la porra y acaricia con la naranja a las mujeres mientras pide limosna. Golpea amistosamente con su castañuela quien no le entrega donativo o a quien osa tocarle la «higa» (pelota de tela que le cuelga cosida en el trasero). Antiguamente tenía la costumbre de entrar en las casas para buscar a las mozas a quienes se golpeaba suavemente con la castañuela como símbolo de fertilidad.
La Botarga de Beleña consta de 2 personajes: un Botarga principal (que se acompaña de otro Botarga complementario) y el Mayordomo que se encarga de guiarles y guardar el dinero que se recoge en una alforja. Ambos botargas asisten a la ceremonia religiosa (misa y procesión) sin máscara.
Vídeo realizado por Julián Maruri
Candelas y Botargas en Arbancon hasta el 8 de febrero
Arbancón es un pueblo privilegiado para todos aquellos amantes de la naturaleza y del tiempo libre ya que se encuentra a las puertas de la Arquitectura Negra, cerca del pantano de Alcorlo y también próximo a la ruta del Románico Rural.
¿Qué ver en Arbancón?
La plaza mayor de Arbancón, de planta irregular en la que destaca el edificio consistorial, con torre de reloj y torrecilla metálica, se encuentra presidida por una gran fuente de piedra tallada de cuatro caños que, según consta en diferentes documentos del Archivo Histórico Municipal, fue Picota. Tendrás que visitar la Iglesia de San Benito Abad y, una vez en ella, admirar la gran joya de este templo es su magnífico retablo mayor, obra de talla y pintura compuesta en 1656 y, como estamos de fiesta, tendrás que hacer la obligada visita al Museo de Historia y Costumbres de Arbancón con el Museo de la Botarga y los legajos y pergaminos que, desde el siglo XV, muestran la historia del pueblo.
La Fiesta
El origen de esta fiesta se remota a cientos de años atrás, en el que con la llegada del mes de febrero, los vecinos de este municipio iniciaban una semana festiva que comenzaba el día 1, con las vísperas de las Candelas y terminaba el día 6 con Santa Aguedilla, una santa inventada para estirar la fiesta. La Botarga recorre las calles del pueblo pidiendo el aguinaldo, espera ala puerta de la Iglesia a que salga la procesión y es entonces cuando, la figura de la botarga, coge un especial protagonismo ya que la intención de este es la de llamar la atención con bailes y tonterías, para que los asistentes se fijen el él, y no en la Virgen.
Esta figura representa una especie de diosecillo cuyo origen es precristiano con toda seguridad. Su misión era la de ahuyentar los malos espíritus y favorecer el crecimiento de las cosechas, que en esta época del año empezaban a brotar. Con la llegada del Cristianismo la figura se trasformó de diablo en bufón, y su misión paso a ser la de obtener donativos para el mantenimiento de la fiesta.
El vídeo
El largo programa comienza el viernes, 31 de enero con la Hoguera de la Candelaria en la Plaza del Museo, la actuación charanga en el Teatro Las Candelas y la discoteca Móvil. Para el sábado, habrá almuerzo popular con huevos fritos en la Plaza del Juego de Bolos, pasacalles amenizado por la Charanga “Alegría Alcarreña”, desfile desde la Plaza de la Iglesia con la Botarga y los Gigantes al son de la Charanga, con reparto de limonada y rosquillas y, a la una de la tarde, vermut y entrega del premio Botarga del Año.
Por la tarde, a partir de las cuatro, toro y vaca que, ensogados, harán correr por calles y plazas. Después la charanga, cervezada, la Hoguera de la candelaria a las nueve de la noche, verbena de disfraces, discoteca, espectáculo “la Fiesta” y pasar al domingo, día 2, con la salida de la Botarga por las Calles de la Villa, pasacalles con gaiteros Mirasierra, procesión en honor a la Virgen de las Candelas para pasar, después, a la limonada y rosquillas a la salida de la iglesia.
El miércoles, día 5, hay chocolatada y bingo y, el sábado, día 8, nombramiento de Alcaldesa de Honor, santa misa en honor de santa Águeda, comida de hermandad y bailes participativos con el Grupo La Picota, en el Teatro Las Candelas.
San Blas en Peñalver
Peñalver es el paraíso de la miel de la Alcarria donde las colmenas abundan y las tierras huelen a espliego y romero. De estas tierras salieron un día los mieleros, llenos de sabor alcarreño, que llevaron el nombre de la población por los caminos de España.
En la zona más alta del pueblo se encuentran las ruinas de un castillo de reducidas dimensiones y, de la muralla que rodeó el pueblo, sólo queda levísimos restos especialmente de las dos magníficas puertas que daban entrada a la villa por sus extremos norte y sur.
Fotografía la Picota levantada en la primera mitad del siglo XVI y visita, si tienes tiempo, la Cueva de los Hermanicos que verás que son siete.
Hay más ruinas: las del convento La Salceda de franciscanos y los de la primitiva iglesia románica y, aparte de sus ermitas, atención a su iglesia bajo la advocación de Santa Eulalia de Mérida , construida en el primer cuarto del siglo XVI en el que el gótico se mezcla con el plateresco. Una vez en ella, quedarás con la boca abierta nada más contemplar su retablo plateresco. Uno de los mejores de la Alcarria.
San Blas
Se trata de un enmascarado cuya actuación se heredaba de padres a hijos y que iba delante del santo a la hora de la procesión. Su misión consiste en acompañar a los miembros del Ayuntamiento y de la Hermandad del Santo, provistos de unos cestillos en los que se depositan uvas frescas, pasas o dinero.
Una vez recorridas las casas del pueblo, asiste a la misa y una vez terminada, en la puerta de la iglesia, ya sin máscara, con la cabeza cubierta con un pañuelo y revestida de una capa castellana, empieza a repartir las pasas, ya bendecidas por el sacerdote, que se usan como medicina para los males de garganta.
Viste la botarga con pantalón y camisa blanca. Del primero cuelgan unas cintas rojas. No lleva gorro y cubre su cara con una máscara de cartón duro, pintada de colores vivos y con un gesto terrorífico. Esta botarga no lleva cencerros a la cintura ni a la espalda. Lleva una cachiporra con la que persigue a los pequeños arrojándola al suelo cuando pasa el gentío para que tropiece con ella.
Además, en esta fiesta los vecinos de Peñalver que se llaman Blas o Blasa, se encargan de dar a todo el que quiere probarlos, pestiños hechos con masa de trigo y abundante miel.
Puebla de Beleña
Se ubica a 33 kilómetros de Guadalajara tomando la CM-101 y, al llegar a Humanes, la CM-1004 hasta Puebla de Beleña.
Entre su patrimonio natural sobresale el magnífico enclave de las Lagunas de Puebla de Beleña, declaradas Reserva Natural que sirven de preciado hábitat a numerosas especies de aves migratorias. En cuanto a su patrimonio arquitectónico señalar la Iglesia Parroquial de San Blas, del siglo XVII, de estilo pre barroco, con un magnífico artesonado de madera.
Botarga
La Botarga en Puebla de Beleña sale el domingo más cercano al 3-feb. Por la mañana, la Botarga recorre el pueblo armando jaleo y persiguiendo a quienes encuentra a su paso con su cachiporra.
También acude llamando a la puerta de las casas y despertando a la gente con el sonar de sus cencerros mientras anuncia la hora de ir a misa. Espera a la gente a la puerta de la iglesia para pedir una limosna anates de entrar al templo. Durante la misa tiene lugar un acto muy emotivo: el beso de la reliquia del santo por parte de la Botarga, las autoridades y resto de feligreses.
Una vez finalizada la misa tiene lugar la procesión, encabezada por la Botarga. De vuelta a la iglesia, se almonedan los brazos y las cintas del Santo. Antiguamente la Botarga se acompañaba de 4 danzantes y existía la figura de las Mascaritas.
Espinosa de Henares
Buena ruta la que te proponemos porque, además de Espinosa de Henares tienes, a tiro de piedra, Cogolludo y Arbancón que, como has leído, están en fiestas.
¿Qué ver en Espinosa de Henares?, pues el puente de traza medieval, la ermita de Nuestra Señora de la Soledad cuyo origen se desconoce aunque ya se menciona en los libro del archivo parroquial de 1750, el Convento de monjas Clarisas Franciscanas de vida recogida y claustra y la iglesia de la Asunción del siglo XVI, momento en que la villa comenzó a ganar importancia bajo el señorío de los Mendoza.
San Blas y Santa Águeda
La programación festiva arranca este viernes, a las seis y cuarto, con el toque de campanas, la ofrenda floral y chocolate para todos.
El sábado, hay una quedada, a las 11, en la plaza porque, poco después, será el pregón y la presentación de Alcaldesa de Honor que recaerá en Begoña Pérez.
A las doce hay misa, procesión, el encendido de la hoguera alrededor de la que se bailarán jotas hasta la comida de hermandad a las tres de la tarde. Luego, a partir de las seis, se recorrerán las calles, habrá baile a partir de las ocho, cena de hermandad a las diez y más baile.
Las fiestas de San Blas y Santa Águeda son las más auténticas y singulares de Espinosa, repletas de costumbrismo y peculiaridad. Gozan de gran popularidad entre sus gentes y cuentan con la participación masiva de todo el pueblo. Se trata de dos fiestas unidas en una sola celebración por la proximidad de sus fechas. La de San Blas, el 3 de Febrero, es fiesta patronal de la villa. Santa Águeda, el primer sábado de febrero, es la fiesta de las mujeres. Y entre medias un día que enlaza estas dos fiestas y que la gente ha llamado siempre “San Blasillo”, por lo que los festejos pueden durar tres días, aunque antaño solían abarcar la semana entera.
El primer sábado de febrero, el día de la fiesta de Santa Águeda, a las once de la mañana, la Alcaldesa y las Concejalas darán la bienvenida a la invitada, quien será nombrada Alcaldesa de Honor y les acompañará durante toda la jornada. A las doce horas, y ya ataviadas con el traje regional, irán a tomar el Ayuntamiento, en cuyo balcón se hará entrega del bastón de mando. La Alcaldesa Mayor y la Alcaldesa de Honor dirán unas palabras y, minutos más tarde, se celebrará la santa misa seguida de la procesión por varias calles de la localidad.
Al llegar a la Plaza Mayor se procederá a prender la tradicional hoguera que será bendecida por el señor párroco de la localidad, pasando seguidamente a subastar los maneros. Finalizado el acto religioso, podremos disfrutar de unos bailes regionales en honor a la Santa en los que participarán mujeres de la Hermandad. Posteriormente se sacarán los peleles y se obsequiará a todos los asistentes con bollos y limonada.
Vídeo. Santa Águeda. Espinosa de Henares
El calendario festivo de estas fechas en la provincia de Guadalajara, la Candelaria y San Blas, recoge más de 15 pueblos en fiestas que, por citar, quédense con Iriepal, Albalate de Zorita, Torrejón del Rey o Cabanillas del Campo en donde, también, son de interés turístico provincial.