El grupo municipalista Aike- A Guadalajara hay que quererla, ha planteado lo que será su segunda moción para el Pleno de enero, centrada en disminuir los altos niveles de ruido que tenemos en la ciudad de Guadalajara.
Ante la próxima implantación de la Zona de Bajas Emisiones, de la que quedan por resolver las 35 alegaciones se han hecho en el periodo de exposición publica, desde el partido municipalista hacen mención a los estudios acústicos previos que se han realizado. En todas las ubicaciones se han obtenido valores por encima del umbral recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que fija los 55 decibelios como nivel optimo al aire libre. En todos los puntos medidos se superan los 70 decibelios y, en algunas calles, se alcanzan los 80. “Por tanto no solo no se cumplen las recomendaciones si no que tampoco se está dentro de los valores que marca la normativa. La contaminación acústica en Guadalajara sigue patente y está creciendo en muchos puntos” se puede leer en la memoria de la ZBE.
Señalan desde Aike que el trafico rodado es, aunque lo tengamos normalizado, la principal causa de altos indices de ruido en las ciudades a lo que hay que sumar eventos festivos, actividades de ocio nocturnas, obras, barredoras o sopladoras. Recordaban que en su informe del año 2023 la Policía Municipal señala el ruido como el cuarto motivo de las incidencias y quejas que reciben. Añadía Susana Martínez, portavoz de la formación, que “a pesar de que la contaminación acústica tienen efectos muy negativos en la salud sigue faltando concienciación y regulación por parte de las administraciones, ya que hablamos de un problema medioambiental importante y un indicador muy significativo de la calidad de vida de las ciudades”.
Guadalajara cuenta con una Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica que tiene 10 años de antigüedad, que actualmente no se ajusta ni a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, ni a la normativa actual, ni a las directrices de la Zona de Bajas Emisiones.
Ante estos datos desde el grupo municipal plantea desarrollar un Plan Acústico Municipal, con un mapa donde se identifiquen las diferentes zonas según sus niveles de ruido y un programa de actuación que permita la progresiva reducción de los niveles sonoros, tanto en la limitada Zona de Bajas Emisiones como en el resto de la ciudad. “Llevamos a Pleno la propuesta de actualizar la ordenanza de contaminación acústica y la elaboración del Plan Acustico Municipal, con el objetivo principal controlar el ruido, proteger la salud de la ciudadanía, mejorar la calidad de vida y garantizar el cumplimiento de la legislación en materia de contaminación acústica”, concluye Martínez.