El atleta cubano, Javier Sotomayor, ha sido recibido por la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, y el concejal de deportes, Armengol Engonga, al celebrarse, hace unos días, los 30 años de su vigente récord mundial de 2,45 metros al aire libre. La marca fue lograda en Salamanca y es una de las más longevas entre las que se mantienen vigentes en el atletismo.
Sotomayor es una de las grandes leyendas del deporte. Actualmente, es todavía el plusmarquista mundial de salto de altura, tanto al aire libre (2,45 m desde 1993) como en pista cubierta (2,43 m desde 1989). Fue campeón olímpico en los Juegos de Barcelona 92, y seis veces campeón del mundo. Además, ostenta el Premio Príncipe de Asturias en los Deportes 1993.
Guarinos ha felicitado a Javier Sotomayor, por mantener la vigencia de la marca no superada hasta la fecha, y ha destacado la vinculación de la ciudad con el atletismo, con la Selección Cubana y con otros muchos deportistas de élite que eligen Guadalajara como base de sus entrenamientos. Para la alcaldesa “tener en la ciudad referentes deportivos como Javier Sotomayor, que llevan y presumen del nombre y de la ciudad de Guadalajara allá por donde van, es un verdadero honor”.
Javier Sotomayor ha acudido acompañado de la delegación cubana que entrena en la ciudad, así como de sus hijos, incluido Jaxier, saltador de altura que también entrega en Guadalajara y quien recientemente se convirtió en campeón de España en la categoría sub-16.
El plusmarquista mundial de salto de altura reparte su tiempo entre España y Cuba. Vive en Guadalajara con toda su familia, aunque tiene actividad como empresario en Cuba y es propietario de un bar en La Habana llamado 2,45, el nombre de la ya legendaria altura que sobrepasó hace tres décadas. Además, se mantiene vinculado a la Federación Cubana de Atletismo.
En la recepción han participado también el responsable de la Selección Cubana, José Luis Aguilera; el Delegado provincial de Atletismo de la Federación Española, Julián García García; junto con otras personas vinculadas al mundo del deporte y del atletismo, ente ellas, familiares de Juanjo Díaz, quien fuera delegado de atletismo en Guadalajara cuando la selección cubana llegó a Guadalajara, y Eladio Freijo.
La alcaldesa ha señalado que “Guadajara volverá a ser un referente en materia deportiva, una ciudad deportiva, tanto por la importancia del deporte en lo profesional y en la vida personal, como por los valores que representa de esfuerzo, sacrificio, disciplina, superación, trabajo en equipo y otros similares”. “Es fundamental -ha dicho- para una vida saludable, física y psicológicamente. Y, también, es diversión, una forma de pasar el tiempo libre y de divertirse. Por eso, Guadalajara tiene que volver a ser lugar de encuentro y acogida de deportes y deportistas. El deporte tiene que ser para Guadalajara una ventana abierta al mundo, la ventana que de a conocer y proyecte la imagen de Guadalajara por el mundo entero. El deporte es la mejor proyección de la imagen de Guadalajara por el mundo, nuestro mejor escaparate”.
“Durante los últimos años el deporte ha pasado de puntillas por Guadalajara, no ha tenido el reconocimiento que se merece ni se le ha dado la importancia que tiene. Afortunadamente, tanto yo personalmente, como el concejal de deportes y el resto del equipo de gobierno, tenemos una visión mucho más abierta y amplia de lo que es y representa el deporte en la vida. Afortunadamente, las cosas ya están cambiando y Guadalajara volverá a ser el referente en materia deportiva que nunca debió dejar de ser”, ha concluido.
Entrega de una réplica del sello de la ciudad de Guadalajara.
En reconocimiento y agradecimiento a Javier Sotomayor, la alcaldesa ha hecho entrega al mismo de una réplica del sello de la ciudad de Guadalajara, de la primera mitad del siglo XIII.
Durante el siglo XIII la villa de Guadalajara se encumbró como uno de los principales centros urbanos del reino de Castilla. Siempre asociada a los miembros de la familia real y recibiendo múltiples privilegios de Fernando III, Alfonso X o Sancho IV.
Desde esta posición ventajosa, el Concejo encargó la realización de un sello que autentificara sus documentos y fijara la imagen de su especial condición. El sello contiene una vista de la entonces ciudad de Guadalajara y la figura de uno de sus caballeros portando la enseña del Concejo.
La villa -que no será ciudad hasta 1460- queda definida como un bastión de potentes murallas sobre el río henares, del que emergen las siluetas de sus altas torres, las del Alcázar Real y sus iglesias. En el reverso, un orgulloso caballero cabalga con la enseña en dirección de poniente, hacia Alándalus.