BASF planea ampliar la capacidad de producción global de su gama de inhibidores de parafina Basoflux® en su planta de La Canonja (Tarragona). Esta inversión permitirá al negocio de productos químicos para yacimientos petrolíferos de BASF satisfacer la demanda actual y futura de nuevos inhibidores de parafina para la industria del petróleo y el gas. Los activos adicionales crearán eficiencias y flexibilidad en la producción de soluciones recientemente desarrolladas, como inhibidores de parafina de dispersión de base acuosa más sostenibles y productos a base de solventes. Esta expansión de la planta también permitirá a BASF actuar rápidamente a los cambios bajo demanda en el mercado. Las primeras entregas a los clientes se esperan para principios de 2025.
«A través de la innovación y las inversiones continuas, BASF refuerza su compromiso de ser un actor clave en el mercado de los inhibidores de parafina», dijo Serge Ikink, Gerente de Desarrollo de Nuevos Negocios de Productos Químicos para Yacimientos Petrolíferos de BASF. «Estamos abordando con éxito una verdadera necesidad del mercado con nuestros innovadores inhibidores de parafina de dispersión de base acuosa. Desde el punto de vista del producto, Basoflux® es un producto de alto rendimiento que aporta una fiabilidad robusta en la aplicación, lo que ha llevado a la confianza de los clientes incluso en los entornos más desafiantes».
El petróleo crudo seguirá teniendo demanda en los próximos años. A medida que el de fácil extracción se agota en muchos lugares, esta tecnología será todavía más necesaria. Esto conducirá a una mayor necesidad de producir crudos parafínicos, lo que requerirá productos químicos más efectivos para maximizar el flujo de petróleo. BASF trabaja en estrecha colaboración con sus clientes para crear productos químicos adecuados para su propósito (F4P) que respalden y permitan una producción de petróleo más eficiente.
Las nuevas dispersiones Basoflux® producidas en la planta de BASF en Tarragona permitirán a sus clientes ser más sostenibles al utilizar mucho menos disolvente de lo habitual a temperaturas más bajas. Esto conducirá a un ahorro de costos y a la eficiencia de los recursos, ya que se utiliza menos producto en general.
