El Grupo BASF se muestra resiliente en el ejercicio económico 2022 en un entorno de mercado complicado, dominado por las consecuencias de la guerra en Ucrania y, en particular, por el aumento de los precios de las materias primas y de la energía. Como explicaron Martin Brudermüller, presidente de la Junta Directiva, y Hans-Ulrich Engel, director financiero, durante la presentación de los resultados de 2022, BASF ha incrementado sus ventas en un 11,1%, hasta los 87.300 millones de euros. El crecimiento de las ventas ha estado motivado principalmente por el incremento de los precios en prácticamente todos los segmentos, ligado al aumento de los precios de las materias primas y la energía. Los segmentos de Materiales y Productos Químicos han visto los incrementos de precio más altos. Unos volúmenes significativamente más bajos han frustrado el crecimiento de las ventas en el Grupo BASF. La evolución de los volúmenes ha estado condicionada principalmente por el descenso de los volúmenes de venta en los segmentos Tecnologías de Superficie y Productos Químicos.
Con 6.900 millones de euros, los ingresos por operaciones (EBIT) antes de extraordinarios fueron un 11,5 % inferiores a las cifras del año anterior, pero dentro del intervalo esperado. La evolución de los ingresos se puede atribuir a una fuerte reducción de la contribución de los segmentos de Productos Químicos y Materiales. Ambos segmentos registraron un descenso en los márgenes y volúmenes, así como un incremento de los costes fijos.
Por el contrario, el EBIT antes de extraordinarios aumentó en todos los demás segmentos. El segmento de Soluciones Agrícolas incrementó su EBIT antes de extraordinarios considerablemente, en particular, como resultado de un buen rendimiento en ventas motivado por el incremento en volúmenes y en precios. El segmento de Nutrición y Cuidado también registró un incremento considerable, principalmente gracias al aumento de los márgenes ligado a los precios. El segmento de Tecnologías de Superficie registró un considerable incremento de los ingresos, especialmente debido al incremento de las contribuciones a los ingresos de los negocios de catalizadores para automóviles y materiales para baterías. El incremento de los precios y los volúmenes en la división de Revestimientos también contribuyó al rendimiento de los ingresos en el segmento. El segmento de Soluciones Industriales aumentó levemente el EBIT antes de extraordinarios como resultado del crecimiento de los márgenes motivado por los precios. El EBIT antes de extraordinarios atribuible a Otros mejoró ligeramente.
En 2022, los resultados operativos del Grupo BASF se vieron lastrados por el coste adicional de la energía, por valor de 3.200 millones de euros en todo el mundo. Europa representó alrededor del 84% de este aumento, que impactó principalmente a la sede central de la compañía, el centro de producción integrado de Ludwigshafen. El incremento de los costes del gas natural supuso el 69% del incremento global de los costes energéticos en todo el mundo.
Los extraordinarios en el EBIT representaron -330 millones de euros en 2022 frente a -91 millones de euros en el año anterior. Con 6.500 millones de euros, el EBIT para el Grupo BASF en 2022 fue considerablemente inferior que en el ejercicio anterior. Esta cifra incluye los resultados de empresas integrantes contabilizadas por el método de puesta en equivalencia, que disminuyó 289 millones de euros, hasta los 386 millones de euros.
Los deterioros de valor excepcionalmente altos en la participación en Wintershall Dea AG afectaron negativamente a los resultados netos por participaciones del Grupo BASF. En 2022, los resultados netos por participaciones fueron de -4.900 millones de euros, después de 207 millones de euros en 2021. La fuerte caída se debió a unos cargos especiales de alrededor de 6.300 millones de euros, principalmente por pérdidas por deterioro de valor no monetario en la participación en Wintershall Dea AG. Se deben especialmente a la desconsolidación de las actividades de exploración y producción rusas de Wintershall Dea, lo que condujo a su vez a una revaluación de la participación rusa de Wintershall Dea. Se hicieron nuevas rebajas de valor del negocio de transporte de gas europeo de Wintershall Dea, incluido un completo deterioro de la participación en Nord Stream AG y la financiación del proyecto Nord Stream 2. La contribución de los resultados operativos de Wintershall Dea para 2022 aumentó aproximadamente en 1.500 millones de euros, después de 335 millones de euros en el ejercicio anterior.
Como resultado de unos ingresos netos por participaciones significativamente más bajos, los resultados netos del Grupo BASF fueron de menos 627 millones de euros frente a los 5.500 millones de euros de 2021.
Evolución de las ventas y los resultados del Grupo BASF en el cuarto trimestre de 2022
En el cuarto trimestre de 2022, las ventas del Grupo BASF cayeron un 2,3% hasta los 19.300 millones de euros, principalmente a causa del descenso de los volúmenes. El EBIT antes de extraordinarios del cuarto trimestre cayó un 69,6%, hasta los 373 millones de euros frente al trimestre anterior.
Los extraordinarios en el EBIT supusieron -254 millones de euros en comparación con el más 1 millón de euros del cuarto trimestre de 2021. Los extraordinarios estuvieron relacionados principalmente con la desvalorización en las plantas de Ludwigshafen. En el cuarto trimestre de 2022, el EBIT se contrajo un 90,3%, hasta los 119 millones de euros. Los resultados netos se situaron en menos 4800 millones de euros, frente a los 898 millones de euros del cuarto trimestre de 2021. El descenso se debió al deterioro de la participación en Wintershall Dea.
Los flujos de efectivo del Grupo BASF en 2022 y en el cuarto trimestre de 2022
Para 2022, los flujos de efectivo procedentes de las actividades operativas ascendieron a 7.700 millones de euros frente a los 7.200 millones de euros del ejercicio anterior. El flujo de efectivo disponible ascendió a 3.300 millones de euros en 2022, después de 3.700 millones de euros en 2021.
En comparación con el trimestre anterior, los flujos de efectivo de actividades operativas mejoraron en 1.100 millones de euros hasta los 4.500 millones de euros en el cuarto trimestre de 2022. El flujo de efectivo disponible aumentó en 749 millones de euros, hasta los 2.600 millones de euros en el cuarto trimestre.
Propuesta de dividendos de 3,40 euros por acción
En la junta anual de accionistas, la Junta Directiva y el Consejo Supervisor propondrán unos dividendos de 3,40 euros por acción, igual que los dividendos del ejercicio anterior. Basándose en el precio por acción del año anterior, la acción de BASF ofrecerá, por tanto, una elevada rentabilidad por dividendos de en torno a un 7,3%. Esto representará un pago de 3.000 millones de euros a los accionistas.
Previsión para el Grupo BASF en 2023
El elevado grado de incertidumbre predominante durante el curso de 2022 a causa de la guerra de Ucrania, los elevados costes de las materias primas y la energía en Europa, el incremento de los precios y los tipos de interés, la inflación y la evolución de la pandemia de coronavirus se prolongará durante 2023. Todos estos factores afectarán negativamente a la demanda mundial. Por ello, BASF prevé un crecimiento moderado del 1,6% para la economía global en 2023 (2022: 3,0%). Para la producción de sustancias químicas global, BASF espera un crecimiento del 2,0% (2022: 2,2%). La empresa toma un precio medio del petróleo de 90 $ el barril de Brent y un tipo de cambio medio de dólares a euro de 1,05.
Sobre esta base, el Grupo BASF espera generar unas ventas de entre 84.000 y 87.000 millones de euros en 2023. Se espera un descenso del EBIT antes de extraordinarios del Grupo BASF de entre 4.800 y 5.400 millones de euros. La empresa espera un primer semestre de 2023 débil seguido de una mejora del entorno de beneficios en la segunda mitad del año gracias a los efectos de la recuperación, especialmente en China.
BASF especifica medidas concretas para ahorrar costes en Europa y adaptar las estructuras de Verbund en Ludwigshafen
En su presentación, Martin Brudermüller anunció también medidas concretas para el ahorro de costes centradas en Europa, así como medidas para adaptar las estructuras de producción integrado de la sede central, en Ludwigshafen. «La competitividad de Europa está sufriendo cada vez más de una sobrerregulación, procesos lentos y burocráticos para la obtención de permisos y, en particular, los elevados costes de la mayoría de los insumos para la producción», afirmó Brudermüller. «Todo ello ha obstaculizado el crecimiento del mercado en Europa en comparación con otras regiones. Los elevados precios de la energía añaden ahora una carga adicional a la rentabilidad y la competitividad en Europa».
Ahorro de costes anuales de más de 500 millones de euros para finales de 2024
El programa de ahorro de costes, que se implementará a lo largo de 2023 y 2024, se centra en redimensionar las estructuras de costes de BASF en Europa y, en particular, en Alemania, de acuerdo con los cambios en las condiciones generales. Cuando concluya el programa, se espera que se hayan generado unos ahorros de costes anuales de más de 500 millones de euros en áreas no productivas, es decir, en las divisiones de servicios, operaciones y en investigación y desarrollo (I+D), así como en el centro corporativo. Se espera conseguir aproximadamente la mitad del ahorro de costes en la sede de Ludwigshafen.
Las medidas previstas en el programa incluyen la agrupación sistemática de servicios en centros, la simplificación de las estructuras en la administración de divisiones, el redimensionamiento de los servicios empresariales y el aumento de la eficiencia en las actividades de I+D. Se espera que, en todo el mundo, las medidas tengan un efecto neto en alrededor de 2.600 puestos; cifra que incluye la creación de nuevos puestos, en particular, en hubs.
Los ajustes en las estructuras Verbund (integradas) en Ludwigshafen podrían reducir los costes fijos en más de 200 millones de euros al año para finales de 2026
Además del programa de reducción de costes, BASF también está introduciendo medidas estructurales para hacer que la sede de Ludwigshafen esté mejor equipada para el incremento de competitividad a largo plazo. «Lo estamos haciendo porque confiamos en el futuro de la sede de Ludwigshafen, que tiene ya 158 años. Confiamos en las personas que trabajan aquí y confiamos en Europa. Continuamos comprometidos con esta sede y tenemos el coraje de apostar por su desarrollo», expresó Brudermüller.
Durante los últimos meses, la empresa ha realizado un profundo análisis de su centro de producción integrado en Ludwigshafen. Los resultados han mostrado cómo garantizar la continuidad de los negocios rentables y cómo realizar los ajustes necesarios. A continuación, se resumen los principales desafíos de la sede de Ludwigshafen:
- El cierre de la planta de caprolactama, una de las dos plantas de amoniaco y las instalaciones de fertilizantes asociadas: La capacidad de la planta de caprolactama de BASF en Amberes (Bélgica), es suficiente para servir en adelante la demanda del mercado cautivo y del mercado comercial en Europa. Los productos de alto valor añadido, como las aminas estándar y de especialidad y el negocio de Adblue®, no se verán afectados y continuarán suministrándose a través de la segunda planta de amoniaco de la sede de Ludwigshafen.
- Reducción de la capacidad de producción de ácido adípico y cierre de las plantas de ciclohexanol y ciclohexanona, así como de carbonato sódico: La producción de ácido adípico en la empresa conjunta con Domo, en Chalampé (Francia), no sufrirá cambios y tiene capacidad suficiente, en un entorno de mercado alterado, para suministrar al negocio en Europa. El ciclohexanol y la ciclohexanona son precursores para el ácido adípico; la planta de carbonato sódico utiliza subproductos de la producción de ácido adípico. BASF continuará las operaciones en las plantas de producción de poliamida 6.6 en Ludwigshafen, que necesitan ácido adípico como precursor.
- El cierre de la planta TDI y las plantas de precursor para DNT y TDA: La demanda de TDI ha tenido una evolución muy débil, especialmente en Europa, Oriente Medio y África, y ha estado muy por debajo de lo esperado. El complejo TDI en Ludwigshafen ha estado infrautilizado y no ha cumplido las expectativas en términos de rendimiento económico. Esta situación se ha visto agravada aún más por el incremento de los costes de las energías y de los suministros. Los clientes europeos de BASF pueden confiar en que seguirán recibiendo sus suministros de TDI de la red de producción mundial de BASF, formada por plantas en Geismar (Louisiana), Yeosu (Corea del Sur) y Shanghái (China).
En total, el 10% del valor de sustitución de los activos en la sede se verá afectado por la adaptación de las estructuras del ecentro de producción, y probablemente alrededor de 700 puestos de trabajo en producción. Brudermüller recalcó: «Confiamos en que podremos ofrecer a la mayoría de los empleados afectados un puesto de trabajo en otras plantas. La empresa tiene mucho interés en retener su amplísima experiencia, especialmente, porque hay puestos vacantes y porque muchos empleados se jubilarán en los próximos años». Las medidas se irán implementado paulatinamente hasta finales de 2026 y se espera reducir con ellas los costes fijos en más de 200 millones de euros anuales.
Los cambios estructurales también conllevarán una importante reducción de la demanda de electricidad y gas natural en la sede de Ludwigshafen. En consecuencia, las emisiones de CO2 en Ludwigshafen se reducirán en alrededor de 0,9 millones de toneladas métricas al año. Esto equivale a una reducción de en torno al 4% en las emisiones globales de CO2 de BASF.
«Queremos convertir Ludwigshafen en la principal planta de producción de sustancias químicas de bajas emisiones en Europa», anunció Brudermüller. El propósito de BASF es garantizar un mayor suministro de energías renovables para la sede de Ludwigshafen. La empresa planea utilizar bombas de calor y formas más limpias de generación de vapor. Además, se introducirán nuevas tecnologías sin emisiones de CO2, como la electrólisis de agua para producir hidrógeno.