La peña taurina el Temple, de Cogolludo, ha celebrado este fin de semana su XV Aniversario, con diferentes actos programados a lo largo de la jornada de ayer, sábado.
A partir de las once de la mañana, los socios de la peña, en la actualidad 109, después de que fuera fundada por tan solo 20 en el año 2010, comenzaban a preparar al almuerzo y la comida, de la que participaron los actuales integrantes de este colectivo, y, en general, los cogolludenses y visitantes que se quisieron acercar a compartir su afición taurina a la gran plaza Mayor de la villa ducal.
Pese a que la tradición taurina se centra, fundamentalmente, en la fiesta de agosto, la peña taurina El Temple organiza, desde su fundación, la feria chica en este mes de abril.
Ayer, en primer lugar, y en el recibidor del Palacio Ducal, se entregaba la primera de las dos placas con las que El Temple ha distinguido a los nuevos socios de honor, uno de los integrantes de la peña taurina, mayor de ochenta años, y una persona relevante en el mundo de la tauromaquia. El miembro de la peña distinguido ha sido, en 2025, Miguel Villanueva, socio fundador y alguacil del Ayuntamiento durante muchos años, que ha colaborado siempre, con gran disposición, en los quehaceres taurinos, una labor imprescindible en la fiesta.
Entregada la primera placa, se daba por inaugurada la exposición que se pudo admirar a lo largo de todo el día en el Palacio Ducal, cedida por la Federación Taurina de Guadalajara. Entre sus fondos se contaban toros a tamaño natural, cabezas de reses lidiadas en Cogolludo o fotos taurinas de festejos acontecidos en Guadalajara. Además, El Temple volvía a mostrar una selección de recuerdos, entre imágenes de años anteriores, pañuelos, carteles taurinos y otros objetos en el panel frontal de la muestra.
En un ambiente distendido, la fiesta continuaba con la traída de bueyes hasta la plaza mayor, en la que el pastor hizo gala de su buen hacer, los carretones en la plaza, y la actuación en la Plaza Mayor de la charanga Los Maniseros, de Almoguera. Después de la comida, unas suculentas patatas con costillas, regadas en parte, gracias a la generosidad de las bodegas locales: Finca Rionegro y Convento del Carmen, y de las rifas y venta de objetos para sufragar los gastos de la peña, llegaba, a partir de las 17:00 horas de la tarde, la suelta de dos vacas, de la ganadería navarra de José Arriazu e hijos, en la gran plaza mayor de Cogolludo, haciendo honor a la tradición taurina de la villa ducal.
Antes de la suelta, la peña El Temple hizo entrega de la segunda placa conmemorativa del día, en este caso al recortador guadalajareño Antonio Espada. El presidente de la peña, Jesús Duce, daba las gracias a todos los socios, colaboradores y patrocinadores, y al Ayuntamiento de Cogolludo por su participación en la celebración del aniversario. Velando por la seguridad del evento han estado los voluntarios de Protección Civil de Cogolludo, Torija y Alovera.
Desde muy antiguo, hay constancia escrita de la presencia de los toros en Cogolludo. Como complemento de las principales fiestas religiosas a lo largo de todo el año, se corrían los toros.
El primer testimonio documental de la presencia de los toros en Cogolludo lo ofrece un asiento del ‘Libro de Posturas y Quentas’, de 1546. Además, en Cogolludo hay una leyenda que tiene su confirmación en el capitel de la llamada Cruz de Piedra. Cuenta que, estando paseando un clérigo, de los muchos que en aquella época había en la villa, por el camino de la Peñasca, fue corneado y muerto allí mismo por un toro que se había escapado de la plaza durante los festejos en honor a San Roque. Como evocación de aquel hecho se levantó un crucero en el lugar del suceso. En su capitel se puede leer la inscripción: ‘Aquí murió Aparicio Bravo, buen cristiano’. Ocurrió en el año 1573.
A partir de estas referencias, hay cientos de citas más sobre los toros en Cogolludo. La fiesta de los toros ha seguido año tras año animando los festejos religiosos, no habiendo faltado a su cita durante las fiestas patronales en honor a la virgen de los Remedios, excepto durante la Guerra Civil. Terminada ésta, al celebrarse de nuevo las fiestas en honor de Nuestra señora de los Remedios, los toros volvieron a hacer acto de presencia, en 1939.
Otra muestra importante de la fiesta taurina en Cogolludo la aporta el excepcional cartel de toros de las fiestas de Cogolludo, en el año 1969, con Juan Bienvenida, Victoriano de la Serna, Andrés Vázquez y Efraín Girón. Lidiaron toros de los herederos del Conde de Casal. Años después torearon en Cogolludo, mano a mano, Antoñete y Victoriano Valencia. Hoy día, y reforzados por la aportación de la Peña Taurina El Temple, los toros siguen siendo plato fuerte de la fiesta mayor, corriéndose por las calles en encierros de circuito y cerrado y lidiándose cuatro novillos, uno de los días 16 o 17 de agosto.