Los trabajadores de la histórica empresa de vidrio de Azuqueca de Henares, actualmente Bormioli Luigi (antes Bormioli Rocco), irán a la huelga este mes de junio. El motivo es el bloqueo de las negociaciones en torno al nuevo convenio colectivo debido a que la empresa no ha contemplado en las subidas salariales una pérdida sangrante del poder adquisitivo de sus empleados, a los que no se les está equiparando el sueldo con la subida del IPC del 2022.
En el pasado, el comité de empresa ya tuvo que negociar y dejar aparcada la negociación del anterior convenio colectivo por el Covid-19, para reanudarlo después de la pandemia. Haciendo un ejercicio de responsabilidad, y siendo conscientes de la situación por la que atravesaba toda la sociedad, se pactó un convenio donde no se contemplaba gran parte de la subida de los IPCs, perdiendo más de un 3%.
En la actual negociación del nuevo convenio, que se inició en febrero de 2023, el comité pensó que se tendría en cuenta el gran esfuerzo de la plantilla. Esta idea se veía reforzada también por el hecho de que la compañía está realizando una fuerte inversión en la planta de Azuqueca de Henares, donde se está reemplazando todo el mix productivo de uno de los hornos de fundición, pasando de estar especializado en vidrio de mesa a la fabricación de frascos de perfumería destinados a primeras marcas a nivel mundial. Esta operación está cuantificada en decenas de millones de euros.
Además, es importante recordar que, con el mismo director, en el año 2013 y tras años de ERTEs, a los trabajadores se les redujo un 15% el salario para, supuestamente, salvar las bajas ventas que sufría entonces el grupo Bormioli (llamado entonces Bormioli Rocco).
En la actualidad, y tras el cambio de compañía, Bormioli Luigi ha comunicado serias pérdidas. Sin embargo, éstas se explican por la inversión millonaria acontecida, que reportará en el futuro buenas ventas y mejores expectativas futuras. Por este motivo, los trabajadores no ven suficientes las subidas salariales que ofrece la empresa, no teniendo más remedio que convocar paros para hacer entender a la dirección que, tras el ejercicio de responsabilidad de su plantilla en el pasado, ahora les toca a ellos responder, poniendo sobre la mesa una subida salarial realista y acorde a los tiempos.
En el transcurso de la negociación, la empresa realizó una propuesta inasumible para el comité. Tras ese primer intento, desde la dirección no se volvió a plantear ningún movimiento hasta el 26 de mayo (recordemos que las reuniones empezaron en febrero), en un acto de conciliación para evitar la huelga ante el Jurado Arbitral de Castilla-La Mancha. Sin embargo, y a pesar de que se valoró la propuesta, ésta resultó insuficiente: no cubre la subida del IPC que está provocando una seria merma en la capacidad económica de los trabajadores.
La principal meta de esta negociación es que la plantilla no pierda poder adquisitivo, y se contemplen los datos del IPC del pasado año (que se traduce en una subida salarial del 5,7% para este año). Aunque, tal y como han recordado los trabajadores durante las distintas asambleas convocadas, la subida real ha sido mayor: la cesta de la compra ha sufrido un incremento del 15%, sin mencionar el Euribor y las hipotecas, así como la subida salvaje de los carburantes. Es por ello que el comité reclama esos mínimos de forma innegociable y, aunque no se está demasiado lejos de llegar a un acuerdo, se ve obligado a convocar esta huelga que apoyan los trabajadores.
Los trabajadores comenzarán los paros a partir del 15 de junio.