Cogolludo se prepara para vivir unos meses cargados de eventos culturales a partir de mediados de septiembre, concretamente a partir del día 15, ya que en esta fecha se celebra en el tercer domingo de este mes la fiesta religiosa de Nuestra Señora del Val.
En la villa ducal de Cogolludo existieron 17 ermitas. Actualmente quedan cinco. Una de ellas es la del Val en un precioso paraje entre Cogolludo y Espinosa de Henares.
La existencia de la ermita de la Virgen del Val se remonta cuando menos al siglo XVI, aunque fue reconstruida en 1951. En ella estuvo retirado Juan Fonte de la Cruz en sus años mozos, antes de que en el año 1590 fundase el convento de Carmelitas Descalzos en Cogolludo. El santuario del Val fue el primer lugar elegido para asentamiento del convento carmelitano, desechado después por su fundador por causas desconocidas.
Otra referencia histórica de este santuario es la creación de la cofradía de Nª Sª del Val en el año 1575, fecha en la que ya los cofrades realizaban esta romería, a la que se fueron sumando con el tiempo el resto del vecindario. Aquellas romerías han prevalecido a través de los siglos, y salvo los paréntesis obligados por las guerras, han seguido celebrándose año tras año.
Ahora la romería está pasando por momentos de gran popularidad. Se celebra el tercer domingo de septiembre, es decir, el próximo día 15. Los aledaños de la ermita, a orillas del río Aliendre, se llenan de vehículos, donde se improvisan pequeños campamentos familiares donde se asan chuletas, sardinas, se hacen paellas, etc. Los actos religiosos tienen lugar en la ermita, siendo la misa la que ocupa el protagonismo de la mañana. Por la tarde se hace la procesión con las imágenes del Santo Cristo del Val y de la Virgen del Val, preciosas tallas renacentistas, restauradas hace unos años y las únicas que se salvaron en la Guerra Civil en Cogolludo, que discurre alrededor de la ermita, dando las tres tradicionales vueltas a la misma. Sigue la subasta de los brazos de las andas y de las ofrendas donadas al efecto.
Al mediodía se toma en familia la comida que suele ser la clásica tortilla de patatas, chuletas a la brasa, empanadillas, empanadas, croquetas, etc. El postre es fruta del tiempo, y para tomar con el café nunca faltan las deliciosas rosquillas, típicas de Cogolludo. Después de la procesión, alrededor de las improvisadas mesas, se reúne nuevamente la familia para merendar. Esto si el tiempo no lo impide. Posteriormente se levantan los campamentos y se regresa al pueblo después de haber pasado un magnífico día de romería.
La información que nos llega sobre este pequeño templo cristiano proviene de la cofradía que existía hace varios siglos.
El único libro perteneciente a la Cofradía de Nuestra Señora del Val, comprende desde el año 1592 hasta 1704. No obstante, entre sus hojas se encontró una suelta en la que figura la fecha de 1575, lo que indica que la cofradía, al menos, ya estaba constituida en esa fecha.
En esta hoja se hace referencia a las ordenanzas que, desgraciadamente, ya no existen. En esos momentos, la festividad de esta Virgen era la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre.
Quienes pretendían entrar en la cofradía podían hacerlo en dos fechas al año, en la Virgen de marzo y en la Virgen de septiembre.
Actualmente las tallas de la Virgen y el Cristo del Val se encuentran en una de las capillas de la nave del Evangelio de la Iglesia de Santa María, flanqueando al cuadro titulado “Preliminares de la Crucifixión de Cristo”, que fue pintado por el famoso pintor José de Ribera “el Españoleto”, una obra de arte del siglo XVII y que anteriormente se encontraba en el Palacio Ducal de Cogolludo y que heredó la VII Duquesa de Medinaceli, doña Ana María Luisa Enríquez de Rivera y Portocarrero al fallecer su tío el entonces Virrey de Nápoles don Fernando Enríquez.
La devoción al Cristo del Val debió surgir con posterioridad y su talla es renacentista. Las cofradías recibían también el nombre de hermandades y el de cabildos, aunque el cabildo propiamente dicho era la junta directiva.
A los miembros del cabildo se les llamaba oficiales, y al resto, o bien cofrades o hermanos. El cabildo de la cofradía de Nuestra Señora del Val se componía de abad, piostre, dos alcaldes, dos mayordomos, escribano y muñidor.
La cofradía de Nuestra Señora del Val se extinguió a principios del siglo XVIII. Pero lo que no se ha perdido ha sido la devoción que los cogolludenses sienten hacia Nuestra Señora y el Cristo del Val. Cada año aumenta en número de fieles que van a la romería a la ermita del Val.