El Pleno del Ayuntamiento de Guadalajara que se celebra hoy, 1 de marzo, ha comenzado con una declaración de la alcaldesa, Ana Guarinos, en relación con el Día Internacional de la Mujer, en la que apela y reivindica “la responsabilidad conjunta de seguir trabajando la igualdad real entre mujeres y hombres, buscando lo que tenemos en común y lo que nos une que es mucho, y apelando a la responsabilidad y al diálogo para llegar a acuerdos en lo que nos separa, que es menos”.
La alcaldesa ofreció a los grupos políticos una declaración institucional en relación con el Día 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, pero ante la falta de acuerdo y tal y como se acordó en la reunión de la Junta de Portavoces, celebrada el 27 de febrero, ha procedido a la lectura de una Declaración como alcaldesa para conmemorar este día.
Este es el contenido de la declaración de la alcaldesa:
“Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, en el Ayuntamiento de Guadalajara queremos sumarnos a la celebración de esta efeméride, una jornada para reivindicar los logros en materia de igualdad en todas las esferas de la sociedad.
El 8 de marzo es un día para felicitarnos por los avances conseguidos y para agradecer los esfuerzos y sacrificios por haberlos logrado, pero también para ser conscientes del camino, aún por recorrer, en aras de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en nuestra sociedad.
Desde las más célebres manifestaciones -como las de 1857 y 1908 para reclamar los derechos laborales de las mujeres- a los movimientos sufragistas para conseguir el voto -que en España capitaneó Clara Campoamor para lograr el voto femenino en 1931-, los avances por lograr la igualdad de derechos y de oportunidades de las mujeres han ofrecido éxitos notables, pero también pasos atrás alarmantes en estos más de cien años.
Sin duda, la llegada de la democracia a España ha traído el periodo de mayores avances en materia de igualdad de nuestra historia, pero los Gobiernos y las mayorías no son por si solos garantías de progreso. Una mala legislación acarrea retrocesos irrecuperables que solo podemos rechazar y condenar una vez más. Queda muy reciente el lamentable episodio de la redacción inicial de la Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual, conocida como la Ley del “sólo sí es sí” que, tas 40 años de pasos adelante, ha supuesto el mayor retroceso en los derechos y la protección de las mujeres en décadas. El último dato conocido es que 1233 agresores sexuales se han visto beneficiados y han visto rebajadas sus penas por esta ley, y 125 han sido puestos en libertad, han salido de prisión, gracias a la misma.
Para hacer balance, hay que mirar más a los hechos que a las palabras; más a la realidad que a la propaganda. Como alcaldesa de Guadalajara, apelo y reivindico la responsabilidad conjunta de seguir trabajando la igualdad real entre mujeres y hombres, buscando lo que tenemos en común y lo que nos une, que es mucho, y apelando a la responsabilidad y al diálogo para llegar a acuerdos en lo que nos separa, que es menos.
Debemos construir y consolidar una sociedad en la que se produzcan avances en la conciliación y la corresponsabilidad, que acorte la brecha social y salarial aún existente, y que impulse de manera eficaz el protagonismo imprescindible de la mujer en todas las esferas de la vida en nuestra sociedad.
Apelo a la normalidad y rechazo el sectarismo y la descalificación de trazo grueso; apelo al respeto de la discrepancia; a la recuperación del diálogo y el consenso en temas como el de mujer e igualdad, dejando al margen las diferencias; apelo a avanzar en lo que nos une, dejando al margen lo que nos separa, para avanzar en la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres; apelo a no instrumentalizar todo lo relacionado con igualdad y mujer, porque esto no va de partidos, sino de hechos, no va de ideología, sino de realidades, no va de oportunismo y de palabras, sino de creer en la igualdad y de hacer porque sea una realidad.
Y, como mujer y como alcaldesa, defiendo la libertad de las mujeres para decidir la vida que quieren vivir, sin que nadie se erija en su portavoz ni en su intérprete, porque las mujeres no necesitamos patriarcados, pero tampoco intermediarios que se crean con derecho a hablar en nuestro nombre. Las mujeres somos autónomas, independientes, capaces y libres. Y, en nombre de las mujeres, sólo hablamos las mujeres.
El respeto a las mujeres, la igualdad y la libertad, no sólo son valores y derechos, además, y ante todo, son irrenunciables.”