La Fundación Antonio Pérez ha inaugurado este viernes la exposición bajo el título Esteban Lisa. Cosmovisión del color, donde en colaboración con Casa de América, ya se puede ver en su sede Centro de Arte La Plazuela de Sigüenza. Esta muestra está formada por una amplia selección de obras realizadas entre 1954 y 1977 por Esteban Lisa (Hinojosa de San Vicente, Toledo, 1895-Buenos Aires, 1983) y que se podrá ver hasta el próximo 7 de enero.
En esta inauguración ha estado la vicepresidenta de la FAP, Marian Martínez, acompañada de la Diputada de Turismo de la Diputación de Guadalajara, Arantxa Pérez Gil, el director de la FAP, Jesús Carrascosa; la concejala de Cultura, Ana Blasco; el director de Programación de Casa América, Luis Prados; y el comisario de la exposición, Jorge Virgili, entre otras autoridades locales y provinciales, así como miembros de la familia de Antonio Pérez.
La vicepresidenta de la FAP ha reiterado la unión eterna que va a existir entre Cuenca y Guadalajara a través de la figura de Antonio Pérez y que desde el pasado mes de marzo tiene en la sede de Sigüenza un espacio de homenaje al coleccionista y artista alcarreño. Martínez ha destacado la obra de Lisa que ha pasado del desconocimiento casi absoluto a una póstuma, pero continuada exposición pública, “un artista de escasos recursos económicos y que trabajó casi siempre sobre soportes modestos; pero esto no le ha impedido tener un proceso de depuración plástica.
Lisa fue profesor de pintura y dibujo, y llegó a desarrollar un sentido pedagógico de índole casi misionera. Sintió gran fascinación por los saberes filosóficos y científicos, así como por la carrera espacial de los años sesenta, que despertó en tantos intelectuales la pasión por lo infinito y lo desconocido. En 1955, tras jubilarse como empleado de correos, fundó en Buenos Aires la Escuela de Arte Moderno Las Cuatro Dimensiones, desde ella reivindicó la abstracción como el lenguaje artístico moderno por excelencia.
Las obras en exposición pertenecen a las series Actos espaciales (1954-1957) y Juegos con líneas y colores (1959-1977), trabajos de madurez en los que destaca el empleo sofisticado del color y que incorporan un conjunto complejo de símbolos, trazos y elementos compositivos que rompen con toda estructura geométrica definida.
Bajo el título de Actos espaciales se reúnen dibujos al pastel sobre papel altamente simplificados: líneas de distintos colores van creando formas por toda la superficie blanca, como si de apuntes garabateados o ejercicios visuales se tratara. Lisa se libera de todo prejuicio aprendido para finalmente gozar de la libertad creadora de un niño. Lo lúdico se manifiesta a través de símbolos que se van definiendo en el vacío que el espacio-tiempo nos marca.
En los Juegos con líneas y colores la forma y el color sirven de pretexto para una expresión artística más efusiva y el resultado deriva en sinónimo de energía creativa. Predomina en estas obras la sublimación del gesto y la economía de medios, aumenta el empleo del blanco y los planos quedan dominados por espacios vacíos de corte minimalista. Lisa adopta en ellas un enfoque lúdico, creando exultantes caleidoscopios de colores y movimientos que se arremolinan en el espacio: un sobresaliente ejemplo de expresionismo abstracto.