Durante este año, en el Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), se han llevado a cabo siete donaciones de órganos, de las que seis fueron donaciones multiorgánicas y una de tejidos (córneas). Estas donaciones han permitido, en el caso de las multiorgánicas, salvar o mejorar notablemente la calidad de vida de hasta 18 personas y, respecto a la donación de tejidos, se ha podido trasplantar a 24 personas.
Unas cifras que se deben, una vez más, a la generosidad y solidaridad de las personas donantes y de sus familiares, como subrayan los coordinadores de trasplantes del Hospital de Guadalajara, Elena Yáñez Parareda y Pablo Rojo Villar.
Y todo ello, destacan, a pesar de las enormes dificultades que ha traído consigo la pandemia y que han afectado en gran medida a las donaciones y trasplantes.
Se da además la circunstancia de que dos de estas donaciones se han realizado en asistolia controlada, siendo la primera vez que se lleva a cabo este tipo de donación en el centro hospitalario guadalajareño.
En febrero se llevaba a cabo la primera de estas dos donaciones en asistolia controlada en las que, a diferencia de la donación tras muerte encefálica, el fallecimiento se produce por parada cardiorrespiratoria irreversible y cese del latido y la respiración espontánea.
La segunda de estas donaciones fue también la primera que tuvo lugar en el Hospital de Guadalajara desde que se iniciara la pandemia. Las circunstancias tan complejas que ha impuesto la Covid-19 hicieron precisa una preparación del proceso aún más cuidadosa, en base a unos estrictos protocolos que establece la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y confirmando que la persona donante es negativo en coronavirus, para lo que se hace una PCR al ingreso y otra específica 12 horas antes de la donación.
Para todo ello, destacan, resulta vital la “enorme colaboración de la familia”, además de la creación de un circuito específico para garantizar la seguridad de todo el proceso.
Importancia de la solidaridad y la coordinación
La coordinadora médico de trasplantes, Elena Yáñez, ha hecho un balance muy satisfactorio en lo relativo a donaciones pese a que en los meses más complicados de a pandemia resultó imposible llevar a cabo donaciones y trasplantes.
“Prácticamente todos los ingresos que había eran por Covid-19 y los pacientes con positivo en esta enfermedad no pueden ser donantes”, señala la doctora Yáñez, por lo que “durante una temporada incluso se paralizaron los trasplantes por la situación que ha habido en los hospitales”. Pese a ello, “nos ha sorprendido finalmente el número y la generosidad de las personas en este contexto, apenas hemos encontrado negativas a la donación”.
En palabras del enfermero coordinador de trasplantes, Pablo Rojo, además de la generosidad de las familias, “sin las cuales no habríamos podido hacer nada”, ha sido fundamental la colaboración de todos los equipos, tanto hospitalarios como extrahospitalarios.
En lo relativo a la detección de potenciales donantes, han destacado tanto la participación de los profesionales del 112 como los del servicio de Urgencias del Hospital de Guadalajara. De hecho, una de las últimas donaciones de 2020 fue posible gracias a la estrecha colaboración entre los profesionales del 112, el centro coordinador y Urgencias del centro hospitalario.
Asimismo, han valorado el papel de los profesionales que están al cuidado de los pacientes, los neurólogos y todos los implicados en una extracción, desde los urólogos a todo el personal de quirófano, entre otros muchos.
Finalmente, los coordinadores de trasplantes en la provincia de Guadalajara han animado a la ciudadanía a seguir, como hasta ahora, demostrando su generosidad a través de este gesto que permite que otras personas puedan seguir viviendo y confían en que el próximo año signifique el final de la crisis sanitaria y que “se siga avanzando y aumentando en donaciones”.
