El polifacético Juan Ignacio Cuesta, acompañado a la guitarra por David Burgos y en los coros por la magnífica voz de Gloria Gamero, hizo ayer, en el Iglesia de Santiago de Sigüenza, un repaso muy personal de la historia de la música, al que dio por título ‘Música y Espíritu, una senda hacia la luz’.
Los músicos cedieron su arte, de manera altruista, para la causa de la Asociación de Amigos de la Iglesia de Santiago de Sigüenza (AAISS), en su proyecto para convertirla en un Centro de Interpretación del Románico Provincial, por lo que, al final del concierto, recibieron el habitual reconocimiento que la Asociación le concede a quienes lo hacen, de manos de su presidenta, Elena Guijarro.
“Yo siempre he estado muy motivado por la arquitectura, fundamentalmente por la arquitectura románica y protogótica, porque creo que quienes construyeron las iglesias, entre los siglos IX y el XI, sabían algo más de lo que decían. Crearon una serie de mecanismos que siguen funcionando hoy día en cuanto a la concentración de energías acústicas y telúricas, que revertían en los fieles que acudían, y sobre los que lo hacen hoy día”, explicaba ayer. Según este contador de cosas, como él mismo se define en su currículo, quienes construyeron las iglesias “es probable que conocieron la norma de la matemática sagrada, que proviene de tiempos muy antiguos, basada en los parámetros de la profecía de Elías, cuando Dios inspiró las medidas que debía tener el Templo de Salomón”. Si realmente los maestros constructores tenían o no éste saber, “no se puede asegurar, pero lo que es indudable es que estas iglesias, funcionan”.
Así, y envuelta la música por la magia del templo seguntino, se produjo un “encuentro musical” en el que “hemos aprovechado la magia de estos lugares para crear una cierta elevación o una forma distinta de entender la vida”. Cuesta escogió para este propósito diferentes piezas de la historia de la música, desde la primera partitura, El epitafio de Seikylos, pasando por el Ave María de Tomás Luis de Vitoria, hasta llegar incluso a una composición de ABBA, Like an angel passing through my room.
La acústica del local contribuyó al propósito. “Cuando cantas, esta iglesia te devuelve la voz, te retroalimenta. Llegas a hacer algunas cosas que crees que no eres capaz de hacer”, valoraba Cuesta. Sobre el propósito de la AAISS, el cantante comentaba que restaurar estos templos “es una de las asignaturas pendientes que tenemos en España. Después de las desgraciadas amortizaciones del siglo XIX, se destruyeron muchos templos que hay que recuperar, no desde un punto de vista religioso, sino práctico. Conviene no olvidar que España tiene, probablemente, el patrimonio histórico, cultural y artístico más importante del mundo”, terminaba, para ensalzar por último el propósito restaurador de un proyecto “loable y que debe ser un ejemplo”.
De este propósito, que es el fin que persigue la AAISS con la iglesia de Santiago, habló Elena Guijarro antes del concierto, recordando tanto el estado actual del proyecto, como todas las vías posibles para apoyarlo ahora, incluyendo la compra de papeletas para el cuadro donado por el artista seguntino Santiago Morollón, que se sorteará con la lotería de Navidad. La diputada delegada de Cultura, y concejala seguntina, Teresa Franco, y la también concejala, Ana Blasco, acudieron al concierto, mostrando el apoyo municipal a la iniciativa.
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