Habrá derivación al Guadiana de 1,24 hm3, pero se descontarán de los que se envíen al Segura
Mayo será previsiblemente el último mes en el que se trasvasarán los 27hm3 pertinentes en Nivel 2, antes de que se cambien las reglas de explotación nuevamente, después de que el Ministerio de Transición Ecológica redujera desde 38hm3 a los actuales 27hm3. En junio ya se encontrarán en un Nivel 3 del que no esperan salir hasta el próximo otoño si llegan lluvias.
El cambio es obligatorio para adaptarlo a las necesidades del nuevo plan de cuenca, pero la Asociación de Municipios Ribereños muestra su preocupación ante un posible cambio de gobierno en las elecciones del 23 de julio.
“No confiamos en que cumplan con la reducción, viendo el caso omiso que hacen a las normativas de protección medioambiental cuando chocan con sus intereses económicos”, temen desde la Asociación. El ejemplo lo ponen con el Mar Menor y con Doñana.
La presidenta, María de los Ángeles Sierra, que ha vuelto a ser escogida por sus vecinos como alcaldesa de Cañaveruelas, lo tiene claro: “no nos podemos fiar, sería dramático para nosotros y para todos los españoles, por el Tajo es de todos los españoles y parece que es propiedad de los señoritos de la Región de Murcia”.
Valoran la voluntad del actual Ministerio por cambiar la dinámica de cuarenta años de políticas trasvasistas. La reducción de 38hm3 a 27hm3 ha supuesto un ahorro importantísimo de agua y la ministra Teresa Ribera ha decretado numerosas e importantes reducciones de volumen a trasvasar cuando hemos estado en Nivel 3. “Antes era automático, 20hm3 era el máximo y se autorizaban como un mero trámite burocrático”, recuerdan.
Borja Castro, vicepresidente y alcalde de Alcocer, lo tiene claro: “VOX es claramente trasvasista y propone un absurdo, la interconexión de cuencas, para disimular sus intereses electorales en la Región de Murcia; el Partido Popular ha intentado tumbar con recursos desde el Levante cada paso que hemos dado en defensa de nuestro río y nuestros embalses”.
Desde la Asociación valoran positivamente que la derivación al Guadiana se reste del total del trasvase al Segura. “No negamos a nadie agua para beber, pero tampoco podíamos sumar más volumen al agua que enviamos porque estamos al límite; hay que reducir el agua de riego”.