Carlos Buero, hijo del dramaturgo Antonio Buero Vallejo donó al Ayuntamiento de Guadalajara, a la ciudad, libros y documentos que formaban parte de su despacho, donde escribía y trabajaba uno de los nombres más destacados de la literatura española, el único autor de teatro galardonado con el Premio Cervantes hasta la fecha, un alcarreño ilustre. Esta colección de alrededor 2.000 documentos contiene cartas, escritos, correspondencia, libros de arte, ejemplares en otros alfabetos y valiosos curiosidades bibliográficas.
Este fondo bibliográfico, una vez concluidas las tareas de catalogación realizadas en los últimos meses por el equipo de bibliotecarias de la Biblioteca Municipal Suárez de Puga, debería poder consultarse en el catálogo colectivo de la Red de Bibliotecas de Castilla-La Mancha, estar a disposición de investigadores y usuarios. Sin embargo, como denuncian desde AIKE, el fondo Buero Vallejo, se encuentra actualmente en un trastero del Palacio de la Cotilla, un cuarto con humedades donde se han apilado los documentos en cajas desvencijadas, sin ninguna garantía para su conservación. Refiriéndose a la seguridad, recuerdan desde el grupo municipal que en el último año han sido varios los incidentes y asaltos que se han sucedido en este espacio donde se imparten algunas disciplinas de las Escuelas Municipales.
Susana Martínez, concejala de AIKE en el Ayuntamiento de Guadalajara, denuncia el descuido y abandono e interpela al concejal de Cultura para que explique qué hace en estas condiciones el fondo Buero Vallejo, “a lo largo de este primer año de gobierno de Vox y el Partido Popular lo único que vemos en materia cultural son pérdidas, desinterés y mala gestión. Javier Toquero, al frente de la concejalía no atiende ninguna de sus obligaciones y Ana Guarinos consiente, sin hacer absolutamente nada.” Para Martínez lo más grave es el deterioro que supone para la cultura de la ciudad, “lo que está sucediendo en las Escuelas Municipales es lamentable, las quejas de alumnado y profesorado no tienen ninguna respuesta, han comenzado el curso sin las condiciones y materiales más básicos. En la Biblioteca Suárez de Puga no se ha comprado un libro desde hace más de un año, no hay novedades en sus estanterías, los clubes infantiles han desaparecido y las actividades en lugar de consolidarse se van reduciendo. La perdida de oferta cultural y el malestar entre profesores, bibliotecarias, usuarios y usuarias parece no importar a nadie en el equipo de Gobierno, ni a Javier Toquero, ni a Ana Guarinos”.