Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de las Abejas este 20 de mayo —fecha proclamada por la ONU para visibilizar la importancia de los polinizadores en los ecosistemas y en la seguridad alimentaria global— la Agrupación Naturalista Esparvel lanza una contundente advertencia: el uso generalizado e incontrolado de herbicidas por parte de ayuntamientos, diputaciones y la Junta de Castilla-La Mancha está comprometiendo gravemente la salud de las abejas y otros insectos esenciales para la biodiversidad y la agricultura.
Este año, tras una primavera caracterizada por lluvias intensas y una notable proliferación de vegetación espontánea, muchas administraciones están optando por el desbroce químico como solución rápida para el control de maleza en cunetas, parques, colegios públicos y áreas recreativas. Según denuncia Esparvel, esta práctica supone una amenaza directa para los polinizadores, particularmente las abejas, cuyas poblaciones ya enfrentan un alarmante declive debido a factores como la pérdida de hábitats, el cambio climático y la contaminación.
“El uso masivo de herbicidas no solo elimina flora silvestre fundamental como fuente de alimento y refugio para los polinizadores, sino que también introduce compuestos tóxicos en su entorno, alterando su microbioma, afectando su desarrollo larval y desorientando su navegación. Esto debilita las colonias y disminuye drásticamente la polinización natural”, explica Esparvel.
Un impacto que trasciende lo ecológico
Las consecuencias del uso indiscriminado de herbicidas no se limitan al daño ambiental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado muchos de estos productos como probables carcinógenos, vinculándolos con enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, disbiosis intestinal y trastornos gastrointestinales. La exposición crónica, especialmente en zonas agrícolas y entre colectivos vulnerables como la población mayor, agrava los riesgos
para la salud pública.
Además, la contaminación de suelos y fuentes hídricas obliga a intensificar los procesos de potabilización del agua, con el consiguiente aumento de costes para las administraciones y los ciudadanos.
Un recordatorio en un día crucial
En este Día Mundial de las Abejas, Esparvel recuerda que tres de cada cuatro cultivos que alimentan al ser humano dependen, al menos parcialmente, de la acción de los polinizadores. Frutas, hortalizas, frutos secos y semillas no solo requieren de su labor para mejorar el rendimiento agrícola, sino también para enriquecer la calidad nutricional y sensorial de los alimentos.
“La desaparición progresiva de los polinizadores pone en riesgo la seguridad alimentaria global, incrementa los costes de producción agrícola y amenaza de forma directa a las comunidades rurales”, subraya la agrupación.
Por todo ello, Esparvel hace un llamamiento urgente a las administraciones públicas de Castilla-La Mancha para que revisen sus políticas de gestión vegetal y adopten prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y la salud pública. Existen alternativas, como los desbroces manuales y mecánicos, que además generan puestos de trabajo y contribuyen a fijar población en el medio rural. Solo así será posible garantizar un futuro donde abejas, biodiversidad y seguridad alimentaria puedan coexistir en equilibrio.