Los chozones son construcciones únicas y escasas del centro peninsular, encontrando paralelismos constructivos en las pallozas leonesas, los teitos asturianos o los chozos castellanos y extremeños. Su principal característica constructiva es la ausencia de tejas, con una techumbre formada únicamente por materia vegetal – generalmente procedente de ramas de sabina – apoyada sobre un entramado ramas y cabrios interiores, también de madera de sabina, que permiten dar la consistencia final a toda la estructura.
El desuso acaecido por la desaparición de la actividad ganadera tradicional y el desmantelamiento ilegal para usar las vigas y cabrios de sabina en forma de leña o para adornar viviendas de particulares amenazan la presencia de este patrimonio en el paisaje ibérico. A estas amenazas se suma el entramado legal que afecta a diversos aspectos relacionados directamente con ellos, como son la propiedad del chozón y del terreno, así como las diferentes normativas (ambiental, bienestar animal, patrimonial, tributaria…) dificultando las intervenciones de recuperación en los mismos.
Desde finales de 2019 y hasta verano 2020, gracias al Parque Natural Alto Tajo a la financiación de Obra Social La Caixa, se ha recuperado un antiguo chozón ubicado en el término municipal de Ablanque. Las labores de reconstrucción culminaron con el bardado del chozón en el que participaron cerca de 40 personas voluntarias en una calurosa pero emotiva jornada del mes de Julio. Todo el proceso se ha recogido en un video reportaje realizado por Miguel Ángel Langa, en el que en poco más de 4 minutos se puede disfrutar de los distintos trabajos de restauración y de las jornadas de participación pública. En la web asociacion@micoriza.org se puede visualizar el mismo.
No es el único chozón restaurado
Gracias a la colaboración conjunta de administraciones, entidades y las aportaciones del voluntariado “urbano-rural”, llevadas a cabo entre los vecinos de diferentes pueblos del entorno junto con otras voluntarias procedentes de ambientes urbanos más lejanos. Se trata de un proceso en el que han participado más de 300 personas a lo largo de esta iniciativa, consiguiendo como resultado la restauración de 4 chozones desde 2015. Con este proyecto se ha avanzado en la conservación, recuperación y difusión de este patrimonio único.
Participación de arquitectos, arqueólogas y abuelos
Es merecido hacer un reconocimiento público a los diferentes colaboradores; arquitectos y arqueólogas que han ayudado y aportado su conocimiento en estos trabajos de reconstrucción, pero muy especialmente a Amado de Lebrancón, que con sus envidiables 92 años ha tenido la paciencia e ilusión de enseñarnos la técnica para proceder a restaurarlos y bardarlos.
Desde Asociación Micorriza mostramos nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que han hecho posible esta iniciativa: al Parque Natural Alto Tajo y Obra Social La Caixa por la promoción de esta iniciativa, al Ayuntamiento de Ablanque por su predisposición y apoyo, al Programa “Vive tu espacio” de la red de áreas protegidas de CLM, y a todas aquellas personas que se dejaron la comodidad en casa y participaron en las conferencias y jornadas de voluntariado durante el mes de Julio de 2020.