Renfe priorizará el uso de energías limpias en los contratos de nuevos trenes que tiene pendientes. El Consejo de Administración de la compañía ha acordado en su reunión de hoy volver a licitar la compra de 72 trenes de Media Distancia y Cercanías pendientes de adjudicación para buscar una mayor eficiencia energética y mantener el liderazgo del transporte sostenible.
Estas licitaciones, que suponían un importe total superior a los 1.300 millones de euros, serán sustituidas por nuevas licitaciones en los próximos meses para la adquisición de trenes con tecnologías como el hidrógeno para circular por vías no electrificadas.
La decisión del Consejo de Administración responde al compromiso con la responsabilidad ambiental de Renfe para seguir reforzando al tren como el modo de transporte de viajeros y mercancías más eficiente en términos de consumo de energía y emisiones de CO2. Además, supone adherirse a la clara apuesta de las instituciones europeas y españolas por las energías limpias y, en particular, por el hidrógeno renovable, que se ha plasmado en la aprobación de diferentes planes y en un desarrollo normativo relativo al combustible que, no solo penaliza la utilización de los combustibles fósiles, sino que limitan la utilización de estos al año 2050.
El uso de energías limpias, la apuesta de Renfe por la sostenibilidad
Renfe es el primer consumidor final de energía renovable eléctrica de España. La compañía promueve la compra y producción de energías verdes tanto en sus instalaciones como en sus trenes y desde hace años suma esfuerzos para limitar y evitar las consecuencias del calentamiento global. Renfe adquirió en 2019 alrededor de 2,5TWh de energía eléctrica verde certificada, lo que se traduce en ser el primer consumidor de energía verde certificada en España, y representa el 100% del consumo eléctrico de la compañía. Esto permitirá alcanzar una reducción de más de 7 millones de toneladas de CO2 hasta 2030.
Renfe tiene entre sus objetivos alcanzar una reducción significativa o incluso la eliminación de fuentes de energía no renovables, del que se alimentan los trenes propulsados por diésel. En los últimos años la compañía ha reducido un 90% su huella de carbono.
Las licitaciones de trenes para Media Distancia y Cercanías pendientes de adjudicar no excluían la posibilidad de que la tracción para circular en vías no electrificadas sea mediante tecnología con combustibles fósiles (trenes duales).
La adquisición de material diésel sería contradictorio con la responsabilidad social y medioambiental de Renfe y, al mismo tiempo, supondría una compra de unos activos que podrían no poder rentabilizarse, ya que su vida útil se vería considerablemente afectada por las limitaciones a los gases de efecto invernadero.
La adquisición de trenes con tecnología de combustibles limpios, como el hidrógeno, es una decisión que está alineada con los objetivos de la compañía y de las principales instituciones nacionales y europeas, que podría ser susceptible de incorporar ayudas financieras para Renfe y para los fabricantes de trenes que optaran a su adjudicación.
La decisión del Consejo de Administración de Renfe supone desistir de los citados procesos de adjudicación al amparo de lo establecido en el Artículo 86 de la Ley 31/2007, 4 de octubre.
Licitaciones por valor de 3.000 millones de euros
Renfe ha adjudicado contratos para compra de material rodante, enmarcados en el plan de renovación de flota puesto en marcha el pasado año y que supondrán la renovación de, aproximadamente, el 50% de los trenes dedicados al servicio público.
Del plan inicial de renovación de la flota, cuyas licitaciones comenzaron en 2019, Renfe ha comprado ya en el último año 248 trenes por valor aproximado de 3.000 millones de euros, un 78% del plan. Los 72 trenes pendientes de adjudicar, el 22% del total, se volverá a licitar en los próximos meses.
Finalmente, está previsto adjudicar próximamente un contrato para la compra de 40 cabezas motrices que irán destinadas a las diferentes líneas de Alta Velocidad.