La revista científica internacional ‘Applied Animal Behaviour Science’ ha publicado un artículo científico de Fundación Artemisan sobre el estudio ‘Censo, abundancia y efectos del gato doméstico en la fauna silvestre de la Red Natura 2000’ que demuestra la amplia presencia de estos felinos en el medio natural y la amenaza que supone para la biodiversidad.
Son numerosas las publicaciones y los estudios científicos que han dado cuenta ya de esta situación en diferentes países y España se suma ahora con la publicación de esta investigación realizada por Fundación Artemisan en la provincia de Ciudad Real, con la financiación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Y es que la presencia de esta especie doméstica en el medio natural, que no cuenta con predadores y que, por su comportamiento, recorre grandes zonas en las que puede depredar sobre numerosas especies silvestres, está poniendo en serio riesgo la biodiversidad, especialmente en espacios con especies protegidas o en peligro de extinción, en cuya recuperación se están invirtiendo grandes cantidades de recursos económicos y humanos.
En concreto, la investigación se realizó en siete lugares de estudio abarcando gran variedad de ambientes. En todos ellos se realizaron censos de fauna silvestre y foto-trampeo para detectar la presencia de gatos domésticos y otras especies y, posteriormente, se realizaron capturas de gatos mediante jaulas selectivas autorizadas, a los que se colocaron dispositivos GPS para analizar sus territorios y distancias recorridas.
Resultados alarmantes
Entre los resultados hallados, se detectaron gatos en todos los lugares de estudio, compartiendo lugar con especies que pueden ser depredadas, incluyendo aves en peligro de extinción. Además, se detectaron gatos domésticos en lugares con presencia de lince ibérico y gato montés, a los que pueden transmitir enfermedades.
Así, durante el estudio se capturaron 15 gatos para toma de muestras biológicas y, aunque resultaron negativos para leucemia felina, inmunodeficiencia felina y Covid-19; se detectó calcivirus felino en el 78 % de los gatos, parvovirus felino en el 50 % y herpesvirus-1 felino en el 36 %.
En la misma línea, a cinco de los 15 gatos capturados, ninguno de ellos contaba con el microchip obligatorio según la normativa vigente en Castilla-La Mancha, se les colocó un dispositivo GPS, liberándolos posteriormente en cuatro lugares de estudio para estudiar sus movimientos.
Los gatos campearon sin limitaciones en estos lugares, si bien el tamaño de los territorios abarcados fue muy variable. Desde menos de cinco hectáreas en los gatos situados en paisajes agrícolas, hasta más de 150 hectáreas en un gato capturado en un humedal.
“Es posible que solo estemos viendo la punta del iceberg”
Para Carlos Lázaro, investigador de Fundación Artemisan y coautor del artículo, “los resultados son muy alarmantes porque en todos los casos se detectaron gatos dentro de las zonas protegidas». «Además, es posible que solo estemos viendo la punta del iceberg, dado que España cuenta con una superficie en Red Natura de unos 138.000 km2 y tenemos una población de gatos censados de alrededor de seis millones. Por lo tanto, es probable que este problema sea mucho mayor”, ha afirmado.
Sobre las estrategias para prevenir o reducir el impacto de los gatos que campean en el medio natural ha señalado que «es necesario incrementar la monitorización para detectar su presencia y realizar una captura selectiva, junto con campañas para promover la propiedad responsable de los gatos y la adopción de aquellos que no tienen dueño”. “No olvidemos que son las personas, y no los gatos, los responsables de esta situación», ha añadido.
Por último, Carlos Lázaro apunta que “es muy grave que se estén haciendo grandes esfuerzos económicos y humanos para la conservación de especies como la cerceta pardilla, el lince ibérico y las aves esteparias, pero al mismo tiempo no se ponga solución a un problema que afecta directamente a estos proyectos y que se ha visto agravado por la entrada en vigor de la Ley de bienestar animal”. “Las Administraciones competentes deben entender que los gatos domésticos son una amenaza para la biodiversidad y no pueden ser considerados como especies protegidas», ha concluido.